El esfuerzo de los pensionistas en España para mantener el Estado de Bienestar durante los años de las crisis es una de las reivindicaciones que el colectivo de jubilados subraya a la hora de reclamar una revalorización anual de sus pagas acorde con el coste de la vida.
Y un reflejo de las dificultades sorteadas por este grupo de población durante ese periodo -manteniendo a flote los núcleos familiares en peligro por la destrucción de empleo- desde 2008 está en el desembolso que han realizado a las arcas del Estado a través de la cotización por IRPF de la pensión, que concretamente se ha duplicado.
Y todo ello, al mismo tiempo que se ha elevado en dos puntos porcentuales el riesgo de pobreza de la cohorte de población mayor de 65 años. Es decir, cuando más necesaria fue la ayuda de los mayores para el sostenimiento de familias, fue cuando más recaudó el Estado de sus rentas.
Concretamente, desde que se iniciara la Gran Recesión en 2008 las retenciones del Estado a los pensionistas a través del IRPF se han incrementado en un 115%, pasando de 4.772 millones en ese año a los 10.262 millones del último registro de 2017 de recaudación tributaria del Ministerio de Hacienda. Además, esto sitúa a los jubilados y pensionistas como el segundo colectivo que más aporta a las arcas en este concepto, solo por detrás, como es evidente por otro lado, de los asalariados que cotizaron por IRPF un montante superior a los 54.000 millones en ese mismo año.
Así, aunque el colectivo de pensionistas no ha sido el objeto de algunas de las rebajas de este impuesto aplicadas en los últimos años -de 2.000 millones de euros en 2018 y de 9.000 millones en 2015-, otra de las explicaciones del aumento sostenido de este desembolso anual se debe al propio ciclo demográfico. Cabe recordar que, de media, las nuevas altas que está registrando la Seguridad Social en 2019 son de 1.400 euros.
Concretamente, desde que se iniciara la Gran Recesión en 2008 las retenciones del Estado a los pensionistas a través del IRPF se han incrementado en un 115%, pasando de 4.772 millones en ese año a los 10.262 millones del último registro de 2017 de recaudación tributaria del Ministerio de Hacienda. Además, esto sitúa a los jubilados y pensionistas como el segundo colectivo que más aporta a las arcas en este concepto, solo por detrás, como es evidente por otro lado, de los asalariados que cotizaron por IRPF un montante superior a los 54.000 millones en ese mismo año.
Sin rebajas y tipos más altos
Así, aunque el colectivo de pensionistas no ha sido el objeto de algunas de las rebajas de este impuesto aplicadas en los últimos años -de 2.000 millones de euros en 2018 y de 9.000 millones en 2015-, otra de las explicaciones del aumento sostenido de este desembolso anual se debe al propio ciclo demográfico. Cabe recordar que, de media, las nuevas altas que está registrando la Seguridad Social en 2019 son de 1.400 euros.
Esto quiere decir que, siendo la pensión habitual en España de 958 euros mensuales, consecuentemente, la aportación de estas rentas a las arcas públicas habrá de ser mayor que las que se abonan en estos momentos. Otra de las causas está en el avance del tipo tributario. Por este lado, desde 2008, el porcentaje de retención efectivo se ha incrementado en 2,63 puntos, pasando del 5,02% en ese año al 7,65% en 2017.
Ello supone que, al margen de la cada vez mayor cuantía de las pagas que perciben los pensionistas por la mayor generación de derechos, la Administración Pública se ha encargado paralelamente de elevar el tipo de retención.
En conjunto, los ingresos tributarios por el IRPF en 2017 ascendieron a 77.038 millones, un 6,4% más que en 2016.
Las dos razones que explican el crecimiento fueron el alza de las rentas brutas de los hogares y el positivo comportamiento de la cuota diferencial.
En suma, entre subidas de tipos y esfuerzos de carácter extraordinario consecuencia de la crisis, se ha producido un fenómeno adverso: la cohorte de edad de mayores de 65 años ha incrementado su riesgo de pobreza en el último lustro.