La Airef cuestiona los subsidios a parados y dice que frenan la búsqueda de empleo

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Descubre que los beneficiarios de ayudas asistenciales tienen tasas de inserción laboral significativamente más bajas que los que no las perciben.

Las estadísticas oficiales del Ministerio de Trabajo muestran que el año pasado 1.028.539 desempleados de larga duración recibieron alguna clase de ayuda asistencial tras haber agotado la prestación que les correspondía por lo cotizado durante el tiempo en que estuvieron ocupados. Tres de cada cuatro beneficiarios son perceptores del subsidio por desempleo de toda la vida, la cobertura asistencial prevista para aquellos desempleados que han agotado la prestación contributiva y carecen de rentas suficientes (75% del SMI), y el resto -algo más de 250.000- han accedido a una renta pública por la voluntad de los sucesivos gobiernos de proteger a sectores concretos, como el agrícola, o de ‘movilizar’ hacia el empleo a colectivos determinados como ha sucedido con la Renta Activa de Inserción o el Plan Prepara, que vinculaba su percepción a la adhesión a un programa de inserción laboral.

Hasta ahora la generosa difusión dada a los anuncios de nuevos subsidios por parte de los gobiernos de turno, ilustrados con detalles sobre sus potenciales beneficiarios y el esfuerzo presupuestario asociado a los mismos, ha resultado ser directamente proporcional a la opacidad sobre su impacto real en términos de inserción laboral de los parados, que no se muestra en ningún documento público y sobre la que no se da ninguna clase de explicación. Hasta ahora.

El análisis sobre el gasto en políticas de empleo encomendado por el Gobierno a la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (Airef) ha dado a las analistas del organismo la oportunidad de bucear -con la ayuda de Fedea y Deloitte como asesores técnicos- en la información disponible y de diseccionar el efecto de los subsidios del Plan Prepara -del que en 2017 se beneficiaron más de 55.000 parados-, como ejemplo del potencial real de estas políticas a la hora de cumplir su objetivo: conseguir que parados de larga duración encuentren un trabajo.

Las conclusiones del trabajo no han resultado muy halagüeñas. La Autoridad Fiscal se ha encontrado con que las tasas de inserción laboral de los perceptores de estos subsidios han resultado ser ínfimas y con que el compromiso en la búsqueda de un empleo de los beneficiarios de estos planes de ayuda ha sido significativamente menor que el mostrado por otros parados de larga duración que no tuvieron acceso a esos planes, según informan fuentes conocedoras del informe, que todavía no se ha hecho público por parte de la Airef.

El informe de la Autoridad Fiscal, sobre cuyo contenido el organismo no ha querido efectuar comentario alguno y que se hará público en las próximas semanas tras haber sido presentado al Gobierno hace unos días, cuestiona el efecto de las políticas de subsidio sobre el objetivo esencial de que los desempleados de larga duración encuentren un empleo y concluye que lejos de favorecer esa inserción laboral suponen un desincentivo a la hora de buscar un trabajo, según relatan estas mismas fuentes. Para llegar a esa conclusión, los analistas de la Airef han comparado el comportamiento de un grupo de beneficiarios del Plan Prepara con otro grupo de estudio conformado por personas que no tuvieron acceso a las prestaciones de ese programa.

El riesgo de que se convierta en una renta vitalicia

Detectaron que entre los perceptores del subsidio el porcentaje de los que encontraron trabajo en los meses siguientes fue inferior al de los no perceptores de esas ayudas. Una conclusión empírica que se ve reforzada también por algunas previsiones gubernamentales, como la que se refiere a la evolución del coste presupuestario del recién recuperado subsidio para parados mayores de 52 años.

Las proyecciones del Ministerio de Trabajo prevén un coste creciente por esta medida que se estabilizará en el entorno de los 1.300 millones de euros una vez se incorporen de forma definitiva los cerca de 115.000 nuevos beneficiarios que generarán el derecho a la ayuda después de que el Gobierno haya ampliado la actual, que alcanzaba solo a los mayores de 55 años, a todos los desempleados de larga duración mayores de 52 años.

La ayuda de 430 euros que pueden percibir los parados mayores de 52 años mientras no encuentren un empleo y hasta que alcancen la edad total de jubilación va a suponer un importante desembolso. Según figura en la memoria del Plan Reincorpora-T, la ayuda de 430 euros para los parados mayores de 52 años que no encuentren empleo y a la que tendrán derecho hasta la edad de jubilación costará 388 millones de euros en 2019, 993 millones en 2020 y 1.196 millones en 2021 (último año). En total, 2.577 millones de euros. 

El asunto es que las proyecciones del Gobierno descuentan que esa cuenta de gasto se irá acumulando a lo largo de los años y que sus perceptores, por tanto, no encontrarán un empleo sino que continuarán cobrando esa paga hasta que les llegue el momento de la jubilación a modo de una suerte de ‘renta vitalicia’ y no como una cobertura de emergencia en tanto no encuentren un empleo, como era su propósito original.

Las conclusiones del informe de la Airef cuestionan de forma indirecta decisiones ya adoptadas por el Gobierno de Pedro Sánchez, como la recuperación del subsidio a mayores de 52 años, que en el proyecto de Presupuestos de 2019 se traducía en un incremento de 50.000 beneficiarios de ayudas asistenciales y también en un mayor gasto público. Si se cumplen las previsiones presupuestarias el gasto en subsidios a desempleados alcanzará este año los 5.356 millones.

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