La Encuesta de Población Activa del primer trimestre del año siempre es la peor de todo el ejercicio. Es cuando se destruyen todos los empleos temporales procedentes de la campaña de navidad, lo que produce un repunte del paro. Este año no ha sido diferente, en el primer trimestre aumentó el número de parados en 49.900 personas, el peor dato desde el año 2013. También se redujo el número de ocupados en el trimestre en comparación con diciembre, con 93.500 trabajadores menos. Sin embargo, este mal dato del número de desempleados camufla un trimestre positivo para el empleo, y más si se tiene en cuenta que este año la Semana Santa se retrasó hasta abril.
En concreto, el número de ocupados en el último año aumentó en 596.900 personas, lo que significa un ritmo de creación de empleo que casi alcanza las 600.000 personas en un año. Se trata del ritmo de creación de empleo más rápido desde la burbuja inmobiliaria, el más alto en 12 años, superando los registros de esta fase de la recuperación. En tasa interanual, el avance de la ocupación alcanza el 3,2%, lo que muestra una aceleración del empleo en los últimos trimestres y se sitúa en línea con los buenos datos de afiliación de marzo publicados por la Seguridad Social. Tres factores están detrás de esta recuperación, el buen ritmo de los servicios, el auge de la construcción y la recuperación del empleo público, que vuelve a aportar en vez de restar.
La recuperación del empleo público está contribuyendo de forma decisiva a la recuperación del mercado laboral. Si bien en tasa trimestral apenas aumentó la contratación, porque la mayor parte de las incorporaciones se hicieron a finales de 2018, en tasa interanual se aprecia mucho mejor el ritmo del empleo público, ya que muestra un incremento del 3,5%, superior al 3,1% del empleo privado.
Los buenos datos de creación de empleo están íntimamente relacionados con el auge de la construcción en los últimos trimestres. En el último año se han contratado a 129.500 trabajadores para trabajar en la construcción, lo que supone un incremento del 11,2%. Además, los servicios siguen tirando con fuerza, aportando 429.400 ocupados más en el último año, el dato más alto de la serie histórica que comienza en 2008. Por el contrario, las peores noticias se mantienen en el sector de la industria, que apenas ha aportado 32.100 ocupados en el último año. Un dato muy pobre si se tiene en cuenta que hace un año estaba creando empleo a ritmos superiores a las 100.000 personas.
La tasa de paro subió en el trimestre hasta el 14,7%, sin embargo en el último año se ha reducido en 2,05 puntos. El número de parados se incrementó en el primer trimestre en 49.900 personas, el peor dato desde 2013, pero si es tan malo es porque los niveles de actividad están mejorando. Por ejemplo, en el primer trimestre de 2018 salieron 94.700 personas de la actividad (siempre cae al inicio del año), y este año han salido 43.500 personas, menos de la mitad. Si este año hubiesen salido a la inactividad las mismas personas que en 2018, el paro habría caído en 1.300 personas. Si se toman los datos interanuales, se observa la verdadera situación: en el último año han salido del desempleo 441.900 personas, lo que significa un 11,6% menos de desempleados.