Casi 74.000 empleos menos en ese segmento
La ocupación de los trabajadores sin estudios y en los empleos de baja cualificación se desploma tras la entrada en vigor del nuevo Salario Mínimo.
España creó 400.000 nuevos empleos a lo largo de 2019, según el balance del comportamiento del mercado laboral en el pasado ejercicio que ha hecho público este martes el Instituto Nacional de Estadística con la publicación de la Encuesta de Población Activa del cuarto trimestre del año. La pujanza de la creación de empleo doméstica, sin embargo, no se filtró por igual a todos los rincones del mercado de trabajo y los datos del INE revelan destrucción de empleo en sectores puntuales como la agricultura y la construcción; regiones con un perfil de empleo de baja cualificación, como Extremadura y Castilla-La Mancha; y en el segmento de puestos de trabajo que exige una menor formación. Una situación que vuelve a poner en el punto de mira el SMI de 900 euros.
La riquísima información publicada este viernes por el INE revela un deterioro significativo de la situación laboral de las personas con un nivel de cualificación más bajo. El núcleo de trabajadores sin estudios -analfabetos y sin estudios primarios completos- que en el año 2018 había experimentado un crecimiento del 3,5% perdió más de 13.000 trabajadores a lo largo de 2019 pasando de más de 230.000 a poco más de 217.000 componentes. La tendencia alcanzó también al segmento de trabajadores con estudios primarios que antes del pequeño repunte experimentado en el último trimestre del año había perdido cerca de 100.000 componentes -cerca de un 10% de su volumen total- desde que el Gobierno de Pedro Sánchez alcanzara un acuerdo con Pablo Iglesias para activar la mayor subida del SMI de toda la historia.
Lo que dicen los datos es que en el tercer trimestre de 2018, antes de que Sánchez e Iglesias anunciaran la subida del SMI de 900 euros, la cifra de trabajadores sin estudios secundarios en el mercado laboral era de 1.132.800 y que doce meses después esa cifra había caído a 1.047.100, el suelo de la serie histórica y 85.700 trabajadores menos que dos meses antes. Si se contabiliza el ligero repunte que tuvo el empleo en ese tramo en el último trimestre año al calor de la campaña navideña el golpe al colectivo de trabajadores menos cualificados desde que se anunciara el alza histórica del suelo salarial ha alcanzado a 74.800 personas.
Hay más indicios en la información del INE de que algo ha podido cambiar en el mercado laboral a lo largo de 2019. El año pasado, por ejemplo, se destruyeron 900 empleos en el segmento de personas que se declaran analfabetas, cuando en 2018 este grupúsculo de personas sin formación académica alguna -que no suponen ni el 0,2% del mercado laboral- había colocado a 700 personas. Lo mismo ha ocurrido con los que declaran tener estudios primarios, pero no completos, que en 2018 consiguieron 7.200 puestos de trabajo, pero que el año pasado perdieron 12.400 empleos.
Palo al empleo en las ‘ocupaciones elementales’
La clasificación internacional de ocupaciones (CIUO), que sirve de referencia al INE para las clasificaciones de la EPA, define ‘ocupaciones elementales’ como aquellas que implican “funciones generalmente sencillas y rutinarias realizadas con la ayuda de herramientas manuales”, un perímetro en el que incluyen familias como ‘limpiadores y asistentes’, ‘peones agropecuarios, pesqueros y forestales’, ‘peones de la minería, construcción, industria manufacturara y transporte’, ‘ayudantes de preparación de alimentos’, ‘vendedores ambulantes de servicios y afines’ o ‘recolectores de desechos y otras ocupaciones elementales’, es decir, la clase de oficios cuyos salarios suelen moverse en el entorno del Salario Mínimo Interprofesional.
Lo que ha ocurrido en este grupo laboral, según los datos recabados por el Instituto Nacional de Estadística, es que a lo largo de 2019 se han perdido 43.900 empleos de los cerca de 2,5 millones que genera en España. El asunto es tanto más significativo por cuanto en el ejercicio anterior (2018) ese tipo de ocupaciones generó 65.700 nuevos puestos de trabajo dentro de una tendencia al alza mantenida desde el inicio de la recuperación económica allá por el año 2014.
Otro de los sectores que se temía lo peor con la subida del 22% del Salario Mínimo en 2019 era el agrícola. Las organizaciones empresariales del sector ya advirtieron de que el asunto era especialmente dañino para ellos ya que sus convenios colectivos no sólo tenían algún grupo con retribuciones por debajo del nuevo umbral sino que tenían todas sus tablas salariales vinculadas al SMI, lo que les obligaba a aplicar una subida salarial bastante generalizada. Los datos del INE revelan una caída de más de 28.000 trabajadores en el empleo agrario, que alertan de que será muy superior si no se arbitra alguna medida para atenuar el impacto de la nueva subida ya anunciada para 2020, hasta los 950 euros.
El año laboral también ha tenido sus singularidades geográficas. En un ejercicio en el que el empleo avanzó en prácticamente toda España, se dio la circunstancia de que registró caídas en dos de las comunidades autónomas con una tasa de paro más elevada y que presentan un perfil más vinculado a la agricultura y al empleo de baja cualificación: Castilla-La Mancha y Extremadura. El presidente de la Junta de Extremadura, Guilllermo Fernández-Vara, apenas dejó pasar unos minutos desde que se publicó la EPA del cuarto trimestre para exigir en público una reunión con la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, después de apuntan directamente a la subida del SMI en 2019 como la principal causa del retroceso del empleo en la región.