Un informa señala que esta transición “afectará de manera crítica a los mercados laborales locales y regiones en transición industrial”.
La automatización amenaza a entre el 55% y el 60% de los trabajadores en gran parte de España, según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), que junto con la Comisión Europea publicó hoy unas recomendaciones para facilitar la “transición industrial” en las regiones europeas.
La OCDE y el Ejecutivo comunitario dieron a conocer este jueves un informe que alerta entre otros aspectos de que la automatización del empleo “afectará de manera crítica a los mercados laborales locales y regiones en transición industrial“. Explica en particular que “ciertas ocupaciones y sectores están más expuestos a tareas automatizables que otras” y que existen “diferencias sustanciales” en un mismo país.
Por ejemplo, en las regiones europeas analizadas la proporción de empleos en riesgo de automatización varía entre el 28% en Helsinki y el 70% en Eslovaquia. En España, la mayor parte de las regiones se encuentra en un riesgo de entre el 55% y el 60%, salvo Madrid, Cataluña, País Vasco y Asturias, con porcentajes inferiores.
El estudio publicado da seguimiento a una iniciativa puesta en marcha en 2017 para ayudar a 12 regiones y Estados miembros de la UE a realizar la transición industrial y mantener su posición en una economía globalizada.
Según el informe, las regiones en transición industrial pueden figurar entre los territorios más afectados por la automatización porque muchas albergan industrias manufactureras tradicionales con un alto porcentaje de trabajos que implican tareas rutinarias.
La automatización del trabajo implica que hay potencial para nuevos empleos y para cambios en el trabajo, lo que bien gestionado puede conducir al crecimiento económico. No obstante, los trabajos futuros exigirán diferentes habilidades y a veces niveles de educación superiores, lo que obligará a los trabajadores a reciclarse.
Por ello, según el informe, la formación de la mano de obra “debería ser una de las prioridades de los políticos en esas regiones para preparar a los trabajadores”.
Las recomendaciones son fruto del trabajo de expertos de la OCDE y de la Comisión junto con las regiones para determinar los factores que frenan la creación de empleo y el crecimiento en estos ámbitos. El objetivo es reforzar sus estrategias de desarrollo a largo plazo.
El estudio fija cinco ámbitos prioritarios, empezando por la necesidad de formar a trabajadores cualificados para los sectores económicos emergentes. En segundo lugar, apuesta por “ampliar y difundir la innovación de las pymes para acelerar la transformación digital” y en tercero por promover el emprendimiento y la participación del sector privado.
Asimismo, el informe subraya la necesidad de realizar la transición hacia una economía climáticamente neutra y aconseja promover el “crecimiento integrador, poniendo fin a las disparidades y vínculos de orden territorial”, fomentando la cooperación a través de asociaciones entre zonas rurales y urbanas y garantizando la conectividad digital y los servicios digitales en las regiones más lejanas.
El informe y sus recomendaciones contribuirán a la preparación de los futuros programas de la política de cohesión 2021-2027.