Una de las medidas que se han puesto encima de la mesa es la del destope de las cotizaciones máximas, lo que elevaría las aportaciones al sistema de los trabajadores con los salarios más altos, pero que pone en conflicto el principio de contributividad.
Sobre este aspecto, la única conclusión clara que se obtiene del análisis de los expertos es que la medida solo significa un parche a un problema de déficit que es estructural y se reproduce año tras año. El presidente de la Comisión Financiera del Consejo General de Economistas, Antonio Pedraza, recuerda que si suben las cotizaciones por las rentas del trabajo a los salarios superiores a los 45.014 euros anuales -con una pensión máxima de 36.031 euros-, lo lógico sería subir las pensiones más altas, “pero eso no resuelve el problema”.
or su parte, el economista e investigador de la Universidad Essex, Javier Santacruz, señala que “destopar a las bravas no es justo”, porque si no suben la pensiones máximas se trataría de una medida “confiscatoria”.