Las organizaciones de autónomos ATA y UPTA han anunciado un principio de acuerdo con el Gobierno por el cual la cuota anual de estos trabajadores subira “una media de 60 euros”. Este incremento, explican Lorenzo Amor, presidente de ATA, y Eduardo Abad, máximo responsable de UPTA, irá acompañado de una mejora en coberturas como derecho a cobrar por cese de actividad, formación, contingencias profesionales y una bonificación del 100 % por incapacidad temporal.
En concreto, en 2019 subirá la base mínima de cotización un 1,25%, tanto del autónomo persona física como del societario, y los tipos pasarán del 29,8% actual al 30% en 2019. Por su parte, las condiciones de la tarifa plana se mantienen pero la cuantía sube ligeramente: hasta los 60 euros, lo que supone 10 más que los actuales 50 euros.
Además, según el Gobierno el incremento será “transitorio” ya que la intención del Ejecutivo siempre ha sido que, en cuanto la Agencia Tributaria esté en disposición de realizar el necesario cruce de datos, los trabajadores autónomos empiecen a cotizar por lo que realmente cobran.
De esta forma, la base mínima de cotización de los autónomos se quedará por debajo del salario mínimo interprofesional (SMI), una anomalía que tendrá en exclusividad el RETA (curiosamente el régimen con más déficit) y que genera una importante distorsión respecto al resto de regímenes. La aportación a la Seguridad Social de los autónomos será sustancialmente inferior a la de los asalariados que coticen por la base mínima. En cualquier caso, este sistema será temporal, hasta que el Gobierno y las asociaciones de autónomos alcancen un acuerdo para vincular cotizaciones a ingresos.
