En lo que va de año el número de bajas se ha disparado un 13% hasta las 317.669, mientras que el número de altas se reduce casi un 15%
La crisis del coronavirus también está impactando en el sistema de pensiones, que en este primer semestre del año está perdiendo beneficiarios, algo que es –con alguna salvedad mensual– inaudito, puesto que su tendencia desde hace años es al alza. Así, desde que comenzó la pandemia, la Seguridad Social paga 27.592 prestaciones públicas menos, según se extrae de los datos publicados hoy por el Ministerio de Inclusión y Seguridad Social.
Y eso pese a que el número de nuevas altas en el sistema registrado el pasado mes de julio (último dato disponible) sufre uno de los mayores incrementos de los últimos años: 49.521 nuevos pensionistas, lo que supone un 7,1% más que hace un año. Esta tasa positiva se debe fundamentalmente a los incrementos de cerca del 12% que experimentaron el número de altas en las prestaciones de jubilación y viudedad. Pero esta cifra mensual es engañosa, puesto que si se considera el acumulado anual, desde enero hasta julio de 2020 ha habido 293.752 nuevas altas, un 14,8% menos que en el mismo periodo de 2019.
Además de que hay muchas menos altas, el sistema pierde beneficiarios también por las numerosas bajas, mucho más significativas que en los años precedentes. Así, desde enero han causado baja 317.669 pensiones, un 12,9% más que un año atrás. El mayor incremento se observa en las prestaciones de viudedad, porcentaje en el que las bajas se elevan hasta el 16,5%, seguido del de jubilación: un 14,1% más. Como puede verse, hay bastantes más bajas que nuevas altas, lo que deja en el sistema un saldo neto negativo, en este caso de 23.917 pensiones menos en lo que va de 2020.
Detrás de estos datos inéditos está la pandemia, tal y como admite el propio Ministerio, que explica que la reducción de altas se debe tanto al cierre de oficinas en los meses de estado de alarma, que dejaron de prestar atención presencial durante algunas semanas, como a la propia situación de confinamiento, que hizo que muchos ciudadanos postergasen sus gestiones con la Seguridad Social. Pero de igual manera también «hay que tener en cuenta cómo ha influido la pandemia de Covid-19 en términos de mortandad sobre el conjunto de la población y, en mayor medida, sobre el colectivo de las personas de más edad», precisa la nota de Seguridad Social. A día de hoy, cerca de 29.000 personas han fallecido a causa de este virus, en su mayor parte mayores, cifras muy similares a la pérdida de pensionistas.
La Seguridad Social pagó en la nómina de agosto 9.777.556 pensiones contributivas, lo que supone 10.506 prestaciones más que en julio, pero continúa bastante por debajo de la barrera de los 9,8 millones que había sobrepasado a final de año. Supone apenas una subida del 0,22%, lo que significa una quinta parte de lo que se impulsaba el año pasado, cuando en todo momento crecía por encima del 1% e incluso llegó a alcanzar el 1,4%. Nunca en la última década el incremento de pensiones había sido tan pequeño.
El gasto se contiene
Pese a ello, el gasto mensual supera por primera vez en la historia la barrera de los 9.900 millones de euros en agosto (9.904,02 millones, concretamente). Sin embargo, el gasto también está creciendo muy por debajo de lo que lo hacía un año atrás: un 2,3%, lo que supone menos de la mitad de incremento que en agosto de 2019, cuando se elevaba más de un 5%. Desde que comenzó la pandemia, llevamos ya cinco meses con alzas inferiores al 3%.
Más de dos tercios de la nómina se dedicaron al abono de las pensiones de jubilación, para las que se destinaron 7.092 millones de euros, un 2,87% más que en los últimos doce meses. La Seguridad Social desembolsó además 1.710,38 millones de euros por las prestaciones de viudedad, un 1,53% más que hace un año; otros 936,23 millones para la incapacidad permanente, un 0,34% inferior a 2019; 139,8 millones para orfandad, y 25,4 millones para las prestaciones a favor de familiares.
La pensión media del sistema –que comprende las distintas clases– aumentó en el último año un 2,07% hasta alcanzar los 1.012,94 euros mensuales. Mayor fue la nómina para los jubilados, que cobran de media 1.164,31 euros, un 2,15% más que el año pasado. Pero quienes más cobran son los nuevos jubilados, a los que ingresaron de media 1.379 euros, lo que supone un 3,1% más que en 2019. E incluso los que proceden del Régimen General ingresaron por primera vez más de 1.500 euros al mes. Por su parte, la pensión media de viudedad escaló casi un 2% hasta los 727,04 euros al mes.