Con la entrada en vigor del nuevo sistema de cotización para autónomos que garantiza una mayor protección social, España se sitúa al frente de los países europeos que mayor protección social ofrece a sus trabajadores autónomos. Desde el 1 de enero se transformó en obligatorio la cobertura de todas las contingencias, tanto las comunes (enfermedad común y accidente no laboral) y profesionales (accidente de trabajo y enfermedad profesional).
Asimismo, los trabajadores autónomos se pueden bonificar el cien por cien de la cuota desde el segundo mes de baja por enfermedad o incapacidad temporal hasta el momento del alta y tienen derecho a formación continúa y reciclaje profesional. A cambio, los trabajadores por cuenta propia que cotizan por la base mínima han visto elevadas sus cuotas en 5,36 euros hasta los 283 euros mensuales, es decir, 3.404 euros anuales.
De esta forma España, junto a Luxemburgo, se encuentra en el selecto grupo de los países europeos que mejor protegido tiene a este colectivo, por dotarles de una cobertura social plena y obligatoria. Otros países, como Austria, Dinamarca, Finlandia, y Suecia, tienen una cobertura amplia, si bien no llegan al mismo nivel ya que una parte de dichas contingencias se cotizan de forma voluntaria.