El incremento de las prestaciones duplicó la inflación del pasado año mientras que la de los sueldos públicos fue más del triple
Los pensionistas y trabajadores públicos experimentaron una notable ganancia de poder adquisitivo durante el pasado ejercicio. Tanto, que la subida que registraron las prestaciones abonadas por la Seguridad Social duplicó la inflación, mientras que la mejora salarial de los funcionarios fue más del triple.
En concreto, el IPC cerró diciembre en el 0,8%, tal y como evidencian los datos que esta semana ha publicado el Instituto Nacional de Estadística (INE), cifra que a su vez deja la inflación media del pasado ejercicio en el 0,7%. Las pensiones públicas, por su parte, repuntaron un 1,6% como consecuencia del acuerdo que firmaron el Gobierno de Mariano Rajoy y el PNV a cambio de que el Partido Nacionalista Vasco apoyase los Presupuestos Generales del Estado de 2018.
Y los sueldos públicos, en virtud también del pacto plurianual que Cristóbal Montoro cerró con los representantes sindicales de los funcionarios, registraron un incremento de entre el 2,5% y el 2,75%, dato que en cualquier de los casos es más del triple que el incremento del coste de la vida.
Esta mejora, especialmente en el caso de los trabajadores públicos, se suma a la que también experimentaron en 2018 y a la que con toda seguridad registrarán en el presente ejercicio. Así, hace dos años las pensiones repuntaron un 1,6% en virtud de ese mismo acuerdo entre PP y PNV, a lo que Pedro Sánchez sumó posteriormente una décima para que igualase el 1,7% al que ascendió la inflación media. El repunte de los sueldos públicos fue algo más elevado, concretamente de hasta un 1,95%.
Para 2020, los jubilados tienen asegurada una mejora del 0,9%, que es la inflación media que estima el Gobierno para el conjunto del año. Pero en caso de que se produzca una desviación al alza del IPC, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ya ha garantizado que se procedería a un pago único y adicional en abril de 2021.
En cuanto a los funcionarios, sus salarios avanzarán un mínimo de un 2%, que se irá hasta el 2,3% si se aplican los denominados fondos adicionales, e incluso más allá si el Producto Interior Bruto (PIB) registra cifras de crecimiento que ahora mismo se antojan difícilmente alcanzables o si el Gobierno cumple el déficit, algo que tampoco parece factible. En todo caso, la subida ya garantizada supera holgadamente la inflación. Pero para ello, cierto es, el Gobierno tendrá que aprobar esa mejora, algo que a diferencia de las pensiones todavía no ha realizado.
Sánchez, en el consejo de ministros del pasado martes, no explicó la razón por la que todavía no ha aprobado la subida ya pactada. Fuente sindicales apuntan que detrás de esta decisión podría estar el director del Gabinete de la Presidencia, Iván Redondo, y su estrategia de ir realizando anuncios de manera escalonada. «Dando píldoras», apuntan.
Teniendo en cuenta que a los funcionarios se les bajó el 5% el sueldo y varios años congelado, se debería hablar más de recuperación que de incremento, pero claro, tomamos solo desde 2018 e incluimos la subida futura para que la gráfica quede así de bonita.
Al estilo de los partidos políticos cuando presentan sus cuentas y estadísticas.
Sabido es que si se les fuerzan los datos estadísticos soportan cualquier análisis y demuestran cualquier hipótesis.