La Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF) ya ha trasladado a Ejecutivo cuál es el impacto de acabar con las desgravaciones, tal y como defiende parte del propio Ejecutivo
El Gobierno ya sabe en cuánto elevará los ingresos tributarios eliminando completamente los beneficios fiscales que actualmente presentan los planes de pensiones: 1.643 millones de euros al año. La información se la ha trasladado la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF), que incluye el dato en la segunda fase de la revisión a la eficiencia del gasto público (el denominado spending review) que está llevando a cabo y que, de esta manera, pone cifras a una de las promesas electorales de Unidas Podemos y a una medida que también ha sido señalada desde el PSOE.
Es más, tras la llegada de Pedro Sánchez a La Moncloa, en junio de 2018, el Ministerio de Hacienda ya barajó esta posibilidad. Finalmente, el departamento dirigido por María Jesús Montero no concretó ninguna medida en este sentido, y fuentes de Hacienda añaden que la eliminación de las ventajas fiscales de los planes de pensiones no es una de las prioridades inmediatas del Gobierno de coalición.
una de las promesas electorales de Unidas Podemos y a una medida que también ha sido señalada desde el PSOE.
Es más, tras la llegada de Pedro Sánchez a La Moncloa, en junio de 2018, el Ministerio de Hacienda ya barajó esta posibilidad. Finalmente, el departamento dirigido por María Jesús Montero no concretó ninguna medida en este sentido, y fuentes de Hacienda añaden que la eliminación de las ventajas fiscales de los planes de pensiones no es una de las prioridades inmediatas del Gobierno de coalición.
Sin embargo, la vicepresidenta tercera y ministra de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, sí reconoció el pasado mes de octubre que el Ejecutivo de Sánchez quiere «analizar hasta qué punto están funcionando o no los incentivos existentes», y citó el trabajo que está realizando la AIReF. «Vamos a ver cuáles son las conclusiones de ese estudio, en el que estamos colaborando desde el Ministerio, antes de tomar una decisión específica en un sentido o en otro», afirmó.
Estas conclusiones todavía no se conocen, ya que no se harán públicas hasta el próximo verano. Pero sí se sabe que el anterior presidente de la Autoridad Fiscal, José Luis Escrivá, se mostró en más de una ocasión contrario a las ventajas fiscales de estos productos. También es público que el propio Escrivá apuntó, tras tomar posesión de su nuevo cargo al frente del Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, que quería fomentar los planes de empresa, con modelos que podrían ser similares a los que existen en el País Vasco o incluso Reino Unido, y que ahí reside una de las claves para asegurar la viabilidad del sistema de pensiones. Y por último, y según fuentes cercanas al propio ministro, que la segunda fase del spending review se comenzó a realizar bajo el mandato del hoy ministro y que muchas de sus conclusiones y datos podrían ir en línea con lo ya manifestado por él.
Por ejemplo, y además de lo ya apuntado, que los planes de pensiones son «regresivos», y que benefician casi exclusivamente a los que más tienen. O, también, que en no pocas ocasiones las ventajas fiscales se las acaban quedando realmente los fondos y que las rentabilidades que ofrecen son limitadas.
En este sentido, es conocido y habitualmente utilizado un trabajo publicado por la escuela de negocio IESE, que consta de diferentes actualizaciones y en el que se pone de manifiesto que muchos planes de pensiones ofrecen una rentabilidad sensiblemente inferior a la de la Bolsa española.
«En el periodo diciembre 2003- diciembre 2018, la rentabilidad del Ibex 35 fue 118% [promedio anual 5,33%] y la de los bonos del Estado a 15 años, 95% [promedio anual 4,55%]. La rentabilidad media de los fondos de pensiones fue 38,7% [promedio anual 2,11%]. Entre los 385 fondos de pensiones con 15 años de historia, sólo seis superaron la rentabilidad del Ibex 35 y 12 la de los bonos del Estado a 15 años», explica el último trabajo firmado por Pablo Fernández y Juan Fernández Acín.
La última ventaja fiscal
Sin embargo, cualquier modificación de la fiscalidad de los planes de pensiones encontrará la resistencia del sector, que tiene una notable presencia en España y poder de presión. En primer lugar, porque estos productos permiten que los ahorrados se desgraven de su declaración las aportaciones realizadas por un máximo de 8.000 euros, lo que sin duda supone una de las últimas grandes ventajas fiscales de las rentas altas, pero también de las clases medias.
Pero, también, porque, en opinión de la industria el futuro de la Seguridad Social sí pasa por dar una mayor relevancia a los planes privados. La asociación de Instituciones de Inversión Colectiva y Fondos de Pensiones (Inverco) así lo ha defendido en numerosas ocasiones, con propuestas de un modelo público-privado, y así lo hacen también numerosas gestoras a título individual. Estas mismas firmas reconocen que, en muchos casos, los partícipes cuentan con productos que no son los adecuados para su perfil e incluso hablan de «presión comercial» en la contratación. Pero por ello, añaden, una correcta comercialización y contratación de los productos eliminaría estas situaciones y haría de los planes de pensiones una opción rentable y fiscalmente atractiva.