España: ¿País de descreídos y desconfiados?

La adecuada rendición de cuentas de los cargos y recursos públicos es un requisito indispensable para una correcta gestión y de cara a reforzar la legitimidad y funcionamiento del sistema democrático. Y todo eso, en España, todavía está en pañales

La corrupción es, quizás, el gran problema actual de la democracia española. Buena parte de la crisis del sistema que se ha vivido en los últimos años tiene como origen la extendida corrupción estructural en España; la cifra que cuantifica este fenómeno puede ir desde 25.000 hasta 90.000 millones de euros al año.

Sin embargo, sería muy extraño que existiese una élite política y económica altamente corrupta en una sociedad virtuosa. Al igual que España es uno de los países de Europa con una mayor percepción de la corrupción, es también uno de los países de la Unión Europea en los que una mayor proporción de la economía funciona de forma sumergida.

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