Moncloa contacta con empresarios para explorar la ‘mochila austriaca’ en España

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El Gobierno está contactando con empresarios para abordar de manera conjunta cómo se podría implantar en España un modelo similar al de la ‘mochila austriaca’. El equipo de Pedro Sánchez, a pesar de encontrarse en funciones, ya ha activado la maquinaria para intentar encontrar una solución a los problemas que afectan a las pensiones y al mercado de trabajo, y una de ellas pasa por introducir en nuestro país este fondo de capitalización individual de los trabajadores. Se están pidiendo informes y estudios a estos empresarios, que representan a diferentes patronales, con el objetivo de que realicen sus aportaciones particulares.

Es el director general del Departamento de Asuntos Económicos (la antigua oficina económica de La Moncloa) quien está llevando la batuta de estos contactos. En concreto, Manuel de la Rocha, mano derecha de Sánchez en materia económica, es quien contacta con los financieros e incluso ha recibido a algunos de ellos. Lo que transmite De la Rocha es que el equipo socialista tiene intención de “explorar a fondo” la implantación de la ‘mochila austriaca’ en nuestro país, según explican a La Información fuentes conocedoras de estas conversaciones. Toda la estrategia cuenta, además, con la participación del Ministerio de Economía

¿En qué consiste la ‘mochila austriaca’? El sistema implantado en el país que le da el nombre funciona como un fondo de capitalización individual en el que el empresario ingresa una parte del salario bruto del empleado. El fondo es gestionado por una entidad financiera para sacarle rentabilidad y el trabajador puede consultar en todo momento la cantidad acumulada. Siempre será suyo, aunque sea despedido, se vaya a otra empresa o decida emprender su propio negocio. Se llevará de ‘mochila’ estos ahorros que funcionan como indemnización por despido o complemento a la pensión.

Este sistema permite al empleador ajustar la plantilla sin preocuparse por los finiquitos de despido y fomenta la contratación indefinida, al eliminar de un plumazo los contratos temporales. Y esta es, precisamente, una de las cuestiones que los empresarios consultados han trasladado a Moncloa: “Los trabajadores no se aferrarán al puesto por la indemnización”, afirma uno de ellos.

Si bien la ‘mochila austriaca’ no convence al cien por cien ni a la totalidad de los empresarios ni a los sindicatos. Incluso ha habido roces en el seno del Gobierno. A los primeros porque temen un encarecimiento de sus costes derivados de las aportaciones; y a los segundos porque, a su juicio, favorece el despido sin causa aparente y camufla un plan de pensiones.

Por eso, los empresarios ya han trasladado al equipo de Sánchez que una de sus principales pegas es la de concretar quién realiza la primera aportación al fondo de capitaliación. ¿Debería ser la empresa? ¿O se haría con aportaciones públicas? Tanto Moncloa como las patronales han decidido que intentarán aportar ideas en sus informes para concretar cómo debería materializarse esa primera ‘ronda’ de financiación.

Hacia una ‘mochila’ al estilo italiano

El de la primera aportación no es el único problema de la ‘mochila austriaca’. Los expertos también cuestionan su aplicación en nuestro país por una sencilla razón: nuestra elevada tasa de paro (ronda el 15%, frente al 5% de Austria). Por estos y otros motivos una opción que ya se ha abordado en las conversaciones mantenidas es caminar hacia un modelo similar al de Italia.

En el país transalpino el trabajador dispone de una cuenta virtual en la que va acumulando sus cotizaciones desde que se incorpora al mercado laboral. En el momento de la jubilación se toma esa cantidad acumulada y se divide entre la esperanza de vida media del país. El resultado es la cuantía de pensión pública a percibir. No cambia el concepto de sistema en el que los trabajadores en activo sufragan las pensiones, pero sí el método de cálculo de las mismas.

¿Cuáles serían las ventajas de las cuentas nocionales? Apuntalan la sostenibilidad del sistema porque se cobra en base a lo aportado y se incentiva la prolongación de la vida laboral. ¿Inconvenientes? Penaliza las vidas laborales poco activas, por lo que obliga a establecer unas pensiones mínimas sufragadas por el Estado. Además, el cálculo de la pensión en base a toda la vida laboral, inevitablemente, disminuye la cantidad total a percibir.

Financiación de la UE

Desde el Ministerio de Economía explican a La Información que España ha recibido el apoyo del Structural Reform Support Programme, un fondo europeo del que pueden tirar los países miembros para financiar estudios sobre las reformas a aplicar a nivel nacional. En este caso, el dinero de la Comisión va a acabar en la OCDE, el organismo al que se ha encargado la elaboración de un estudio sobre este instrumento que el Gobierno se resiste a denominar ‘mochila austriaca’, según avanzó El País. De hecho, ni Moncloa ni Economía han utilizado nunca este término en un documento oficial.

En el Plan Nacional de Reformas enviado a Bruselas el pasado 30 de abril el Gobierno español trasladó a las autoridades comunitarias su intención de “abordar la implantación gradual de un sistema de cuentas individuales de capitalización para la movilidad a través de la creación de un fondo que permita a los trabajadores hacer efectivo el abono de las cantidades acumuladas a su favor en los supuestos de despido improcedente, de movilidad geográfica, para el desarrollo de actividades de formación o en el momento de su jubilación”. Esto, acompañado de la simplificación del menú de contratos de trabajo hasta dejarlos en tres: “Indefinido, temporal estructural y formativo“. En el mismo documento se recogen las aportaciones de las organizaciones empresariales, y aquí la CEOE pide al Ejecutivo “estudiar la implantación de un fondo de despido similar al modelo austriaco”.

La Agenda del Cambio y el año 2020

En la Agenda del Cambio, el documento programático difundido por el Gobierno de Sánchez este mismo año, se contemplaba la “implantación gradual de un sistema de cuentas individuales de capitalización para la movilidad a través de la creación del fondo correspondiente“. Añadía el Ejecutivo que “dicho fondo permite a los trabajadores hacer efectivo el abono de las cantidades acumuladas a su favor en los supuestos de despido improcedente, de movilidad geográfica, para el desarrollo de actividades de formación o en el momento de su jubilación”. Y concluía que “esta propuesta se abordará en el marco del diálogo social para que su diseño y aprobación cuente con los mayores consensos posible”.

El Gobierno socialista iba incluso más allá y en el anexo de la Agenda del Cambio ponía fecha a su implementación en nuestro país: 2020. En el programa de las elecciones generales, por cierto, el PSOE no incluyo mención alguna a la ‘mochila austriaca’.

La opinión de la CEOE

Fuentes de CEOE apuntan que la implantación de la ‘mochila austriaca’ en España ya se planteó en el año 2010, pero en las conclusiones del informe que elaboró el grupo de expertos se puso de manifiesto que existían grandes dificultades para su puesta en marcha, sobre todo, por el elevado coste para las empresas a cargo de las cotizaciones sociales.

¿Implantación en 2020? “Lo veo muy difícil”, explican desde la patronal. “Este sistema no se puede abordar de manera aislada, lleva consigo cuestiones de calado como, por ejemplo, la revisión de las modalidades de contratación. Hay muchos interrogantes sobre la financiación, las indemnizaciones por despido, la protección para el desempleo… Y requiere un análisis en profundidad que debe ser abordado en el diálogo social, una vez se forme Gobierno y se constituyan las mesas de negociación”, apuntan desde la organización que preside Antonio Garamendi.

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