UNA OLEADA DE PREJUBILACIONES POR LA INTELIGENCIA ARTIFICIAL

Los sindicatos defienden el acuerdo sobre los despidos en Telefónica como la solución “menos traumática”

Asumen que la digitalización penaliza a los mayores de 50 años

La destrucción de puestos de trabajo por inteligencia artificial hace imposible hablar de relevo generacional

 

El impacto de la inteligencia artificial en el empleo es una de las grandes incógnitas para los próximos años, pero las empresas ya empiezan a echar cuentas. Incluyendo las españolas. Ante el desafío para la competitividad que supone esta nueva fase de la digitalización, la vía de los ajustes de plantilla vuelve a estar sobre la mesa. En este escenario, los sindicatos se han resignado a que la mejor opción para estos trabajadores pasa por pactar prejubilaciones similares a las de Telefónica.

 

Los secretarios generales de CCOO, Unai Sordo, y de UGT, Pepe Álvarez, defienden públicamente acuerdos como el cerrado con la compañía como un éxito de la negociación sindical. En sendas entrevistas con elEconomista.es, Sordo las calificaba de una forma de “renovación de plantillas menos traumática que otras opciones”, mientras Álvarez apunta que “han generado situaciones beneficiosas” para los trabajadores que han redundado en el mantenimiento de la economía y el consumo en España y que muchos de estos trabajadores tengan una “segunda vida laboral”.

Ello no significa que los sindicatos avalen los ajustes. Tampoco escatiman críticas a otros sectores, aparte del tecnológico, adeptos a prejubilar en los últimos lustros, como la banca. Simplemente, consideran que la manera más ventajosa para los propios afectados es un acuerdo de prejubilación. Aunque en la mayoría de los casos suponga expulsar a los trabajadores del mercado laboral a partir de los 52 años y con cargo al erario público.

 

Hay dos tipos de prejubilaciones, la ‘bajas incentivadas’ (en la práctica dimisiones) y los despidos. Ambas son un ejercicio de ‘ingeniería retributiva’ que encadena la indemnización por despido, los convenios especiales con la Seguridad Social para evitar merma de las futuras pensiones, pero las vinculadas a ceses incluyen en esta mezcla también las prestaciones por desempleo y subsidios. Son las que aprovechan los trabajadores con menos salarios y puestos intermedios y de baja responsabilidad.

 

Telefónica abre camino

Los sindicatos defienden que este modelo es la opción más beneficiosa para ellos y, además, el grueso del coste corre a cargo de la empresa. Aunque estas empiezan a estudiar como rebajarlo. Telefónica, que en la última década ha optado por la fórmula de las bajas incentivadas, recupera ahora la fórmula de los despidos con un coste estimado de 1.300 millones de euros (más de 300.000 euros por cada uno de los más de 3.400 afectado). La provisión de esta cuantía lleva a la empresa a registrar unas pérdidas de 892 millones, con lo cual se podría ahorrar la multa sanción que tendría que pagar al SEPE por el gasto en prestaciones al haber despedido con beneficios.

 

En su anterior ERE, presentado en 2011, le tocó abonar 305 millones de euros por 6.380 trabajadores: 47.800 euros por trabajador. Aunque el ahorro en futuros salarios y la ventaja de poder utilizar los subsidios de 52 años (que incluyen una sobre cotización del 125% sobre la base mínima para las futuras pensiones) harían que, aunque tenga que pagar la sanción, les salga más a cuenta que mantener a esos trabajadores en nómina.

 

Aunque Telefónica no está sola. Otras 92 empresas, una lista que incluye todas las del país, han realizado despidos colectivos centrados en los mayores de 50 años pese a contar beneficios. En cualquier caso, esta lista no incluye a las que realizaron esas prácticas con números rojos, como ocurrió con el sector bancario durante la crisis financiera.

 

Pero en España el ritmo de las prejubilaciones ha caído a mínimos históricos en los últimos años, gracias a la mejora de la situación economía y a las últimas reformas en materia de jubilación anticipada, por lo que la posición de los sindicatos no deja de resultar algo chocante. Sobre todo, cuando en otras mesas de negociación defienden una vía mucho menos “traumática” para el relevo generacional, como la jubilación parcial encadenada con el contrato de relevo, así como una reforma en profundidad de las políticas activas de empleo que ayude a los desempleados de mayor edad (el 57% del total tiene más de 45 años) a encontrar empleo. ¿Por qué no es posible defender vías similares en el sector tecnológico?

 

Hay que tener en cuenta que Telefónica es la primera gran tecnológica española que anuncia despidos en un momento en el que miles de empresas similares recortan plantillas utilizando como argumento la amenaza de la inteligencia artificial. En 2024 se produjeron 262.000 ceses. En lo que va de 2023 ya suman 42.324. Y hablamos de gigantes tecnológicos como Google, Meta, Amazon o Microsoft, la que está haciendo una apuesta más decidida por la inteligencia artificial.

 

Tras esta aparente contradicción subyace la resignación por parte de los sindicatos ante dos hechos. El primero que los trabajadores de más de 50 años no podrán actualizar sus competencias tecnológicas al desafío de la inteligencia artificial. El segundo, que las empresas que despiden por esta causa no buscan ‘rejuvenecer’ las plantillas, ni siquiera recortar costes laborales prescindiendo de los trabajadores de mayor edad, sino amortizar puestos de trabajo.

 

El relevo imposible

Fuentes sindicales admiten que la primera idea sigue arraigada en muchas negociaciones, en las que se habla abiertamente de que la digitalización sigue siendo un lastre para los trabajadores más veteranos y abre una brecha que los contratos de relevo no pueden cubrir ya que los jóvenes tienen mejores competencias en ese ámbito sigue arraigada.

 

Ello, a pesar de que en sectores como el tecnológico (en el que la mayoría de los trabajadores tienen más de 35 años, según los datos de la última encuesta sobre competencias digital publicada por Eurostat), es bastante cuestionable. A fin de cuentas, son trabajadores que llevan décadas dedicados a ese ámbito.

 

Pero las mismas fuentes advierten de que la que gana fuerza es la segunda: que no es la competencia del trabajador la que determina su futuro, sino la desaparición del puesto de trabajo, o su automatización completa. Aquí el relevo no es posible.

 

El problema es que según la tecnología avance y su uso se extienda a más sectores, más allá de las empresas tecnológicas, este problema afectará a más empleos. Y no solo de baja cualificación, como se ha sostenido habitualmente. Aquellos puestos vinculados a la elaboración, análisis y comunicación de cualquier tipo de contenidos, desde un trabajo académico, un video, un texto jurídico o incluso un artículo periodístico, son más vulnerables a un chatbot que el empleo de cualquier camarero o mozo de almacén.

 

Hasta que la regulación española e internacional acote los límites de la automatización, sindicatos como UGT piden insistentemente que robots e inteligencias artificiales “coticen”. Es decir, establecer una fiscalidad que compense la pérdida en cotizaciones por la destrucción de empleo que permita, por ejemplo, costear las futuras pensiones de esos trabajadores. Pero aunque es una idea que ha llegado al Pacto de Toledo, el Gobierno español la ha descartado.

 

La alternativa es intentar que los acuerdos de despido sean los más ventajosos posibles para los trabajadores. Ello implica a recurrir a las prejubilaciones. Al menos en las grandes empresas, porque en el resto, que no pueden costear programas de este tipo, el ajuste puede ser todavía más ‘traumático’.

 

La inteligencia artificial anticipa una revolución en el empleo: adaptarse o ¿jubilarse?

El 65 % de los empleados tendrá que formarse, según Manpower, ante una tecnología que modificará «sustancialmente» la mayoría de los empleos

 

Una nueva revolución está eclosionando, y su impacto en el mercado laboral apunta a ser colosal. La inteligencia artificial, que avanza a pasos agigantados, puede llegar a modificar sustancialmente hasta el 65 % de los puestos de trabajo, afetando al 85 % de las empresas.

 

El grueso del impacto se espera para los próximos cinco años, y los expertos adelantan una revolución en la competitividad y la productividad de empleados y empresas. Ahora bien, la ‘cara B’ es que la mayor parte del mercado laboral deberá adaptarse o, de lo contrario, podría quedar al margen. Y es que la nueva revolución llega precisamente en un momento en el que no pocas empresas han dado la espalda al denominado talento senior, con oleadas de prejubilaciones en ámbitos como la banca o la telefonía.

 

«No necesariamente la IA va a implicar un mayor número de prejubilaciones», explica a El Debate Francisco Ribeiro, responsable para España de la firma de recursos humanos ManpowerGroup. Según detalla, la mayoría de empresas a nivel global, el 58 %, considera que la IA les hará incrementar el tamaño de sus equipos en los próximos dos años. «Habrá un cambio sustancial en muchos perfiles, desaparecerán algunos puestos y aparecerán otros, pero no podemos seguir dando la espalda al talento senior», subraya Ribeiro.

 

El directivo considera «muy preocupante» el nivel de desempleo de los mayores de 45 años en España. Según la compañía de recursos humanos, las organizaciones se enfrentan a una brecha generacional, derivada de la rápida llegada de la Generación Z –para 2030 supondrá el 58 % de la población activa, afirman– y la salida de los empleados más experimentados de sus equipos, debido al rápido envejecimiento en los mercados más desarrollados.

 

Para Manpower, lejos de ser un nuevo obstáculo la IA supone precisamente una oportunidad para que el talento senior tenga una mejor empleabilidad. «La IA nos tiene que ayudar a reducir sesgos –de edad, género…– en la selección de personas y así mejorar los datos de desajuste de talento», en palabras de Francisco Ribeiro. En este sentido, el directivo considera que «la IA nos ayudará a encontrar a la persona más adecuada para cada puesto porque multiplicará nuestra capacidad para analizar perfiles y esto contribuirá a reducir el desajuste de talento».

 

Riesgo de desigualdad

Un reciente informe del Fondo Monetario Internacional (FMI) concluyó que la IA afectará a alrededor del 40 % de los trabajos a nivel global, ya sea reemplazando a algunos y complementando a otros. Este porcentaje ronda el 60 % en el caso de las economías avanzadas, mientras que en los mercados emergentes y los países de bajos ingresos, se espera que la exposición a la IA sea del 40 % y el 26 %, respectivamente.

 

«Estamos al borde de una revolución tecnológica que podría impulsar la productividad, impulsar el crecimiento global y aumentar los ingresos en todo el mundo. Sin embargo, también podría reemplazar empleos y profundizar la desigualdad», advirtió la propia directora gerente de la institución, Kristalina Georgieva.

 

Según Manpower, se esperan retrocesos en perfiles relacionados con asistentes de oficinas y atención al cliente. «Por el contrario, vemos una oportunidad de crecimiento en el empleo de los profesionales STEM, los creativos y los juristas», detalla Ribeiro.

 

El empleo tecnológico crece casi al doble de velocidad que la media del resto de sectores

El empleo tecnológico creció en España un 47,7% en el último decenio, frente al 26,4% de media que lo hicieron el resto de sectores

 

Entre 2013 y 2023, se crearon en España 445.000 puestos de trabajo en las ramas más tecnológicas. De ellos, 255,000 se generaron en los primeros siete años y 200,000 en los últimos tres. De esta manera, el empleo tecnológico creció en el último decenio un 47,7%, un ritmo que casi duplica el registrado de media en el conjunto de otros sectores, que fue del 26,4%, según el Mapa de Empleo Tecnológico en España 2024, una nueva herramienta interactiva de métricas presentada hoy por la Fundación Cotec.

 

El Mapa, ya disponible en cotec.es, analiza los datos de afiliación a la Seguridad Social entre 2013 y 2023, en las 13 categorías estandarizadas a nivel europeo de ramas de actividad intensivas en tecnología. Esto permite analizar no solo el peso que tiene hoy el empleo tecnológico sobre el empleo total en comunidades, provincias y municipios, sino también examinar la evolución de este en los últimos 10 años.

 

La herramienta refleja que un 7,7% de los actuales afiliados a la Seguridad Social trabajan en el sector tecnológico. A pesar de ser el sector con mayor crecimiento, la tasa está todavía lejos de la media europea, del 10,7%, lo que sitúa a España en la posición 18 de 27 en el ranking de la UE en cuanto a intensidad del empleo tecnológico en la estructura productiva.

 

La divergencia del empleo tecnológico respecto al empleo general se aceleró tras la pandemia, gracias sobre todo al crecimiento exponencial de empleados en la categoría de Programación, consultoría y otras actividades relacionadas con la informática, que creció un 145% en el decenio.

 

Otra conclusión que permite obtener el Mapa de Cotec es que los datos están lejos de ser paritarios: el 68% del empleo tecnológico es masculino. Esta situación prevalece en 11 de las 13 ramas de actividad analizadas. En algunas de ellas, el empleo femenino es muy minoritario, como en Fabricación de maquinaria y equipo (17,5%) o Fabricación de otro material de transporte (18,6%). Solo es ligeramente mayoritario en Fabricación de productos farmacéuticos (54,3% de mujeres) e Investigación y desarrollo (50,7%).

Concentración territorial

La herramienta muestra que el empleo intensivo en tecnología está fuertemente polarizado territorialmente. Un 37,5% del total se reparte entre cuatro comunidades autónomas del noreste peninsular (Navarra, País Vasco, Cataluña y Aragón), y la región líder, la Comunidad de Madrid, acapara el 10,5%. La diferencia con los territorios a la cola es de casi ocho puntos porcentuales: Baleares (2,7%), Extremadura (2,3%) y Canarias (2,2%).

 

En el último decenio, además, un 31% de los nuevos empleos intensivos en tecnología se concentraron en Madrid, que adelantó así a Navarra y País Vasco.

 

Por provincias, el peso del empleo tecnológico crece en la estructura productiva de todo el país salvo en tres casos: Lugo (-0,3%), Cádiz (-0,3%) y Huelva (-0,1%).

 

A escala local, en los últimos 10 años aumentó un 10% la cifra de municipios con afiliados tecnológicos. No obstante, la mitad de las localidades carecen todavía de empleo intensivo en este sector, y la concentración vuelve a ser la norma: los 10 municipios más grandes de España acaparan el 39,8% de los afiliados tecnológicos.

 

De estas grandes ciudades, destaca la situación de Barcelona, que es donde el empleo tecnológico tiene un mayor peso (11,8% sobre el empleo total) y donde más ha incrementado en el último decenio. En cuanto al ritmo de crecimiento, le siguen Málaga y Valencia.

 

ENLACE AL MAPA DEL EMPLEO TECNOLOGICO EN ESPAÑA

 

Mapa del Empleo Tecnológico de España – Cotec

 

 

 

Fuentes:

El Economista Los sindicatos se resignan a una oleada de prejubilaciones por la inteligencia artificial (eleconomista.es)

El Debate Adaptarse o ¿jubilarse? La inteligencia artificial anticipa una revolución en el empleo (eldebate.com)

La Razon El empleo tecnológico crece casi al doble de velocidad que la media del resto de sectores (larazon.es)

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