El impacto ha sido mayor en las profesiones de los trabajadores más vulnerables: jóvenes, mujeres y agricultores
El efecto del salario mínimo interprofesional sobre la creación de empleo sigue siendo uno de los temas laborales que más polémica suscita. La consultora Freemarket ha analizado en un estudio, con diferentes técnicas de aproximación y estimaciones, qué hubiera ocurrido en ausencia del alza del SMI.
La conclusión no es otra que el efecto negativo que ha tenido, no tanto en el empleo que ha destruido como en el que no ha dejado crear desde 2018 hasta ahora. Así, y por sectores, el problema concierne a la agricultura, el comercio minorista, la limpieza, la hostelería y el servicio doméstico, que son aquellos en los cuales un número muy importante de sus integrantes reciben por su trabajo el SMI.
Según este análisis, la subida se podría haber llevado por delante hasta 320.000 puestos de trabajo. Para realizar el estudio, los autores han tenido en cuenta como elemento esencial la emergencia de la figura contractual de los fijos discontinuos, una clasificación de trabajadores que, cuando están parados, no se computan como tales.
Caída de los vulnerables
Para calcular cómo habría evolucionado el empleo en esas ramas productivas, las más afectadas por las subidas del SMI, Freemarket lleva a cabo un ejercicio: “Qué hubiese sucedido si el número de ocupados en aquellas hubiese crecido al mismo ritmo en el que lo ha hecho en el conjunto de la economía nacional”.
El estudio de Freemarket, ha realizado partiendo de la base de la heterogeneidad entre comunidades autónomas, diferenciando aquellas donde el SMI se separa más del salario medio de otras donde apenas hay diferencia. El análisis se pregunta qué hubiese sucedido si el número de ocupados en estas últimas hubiese crecido al mismo ritmo en el que lo ha hecho en el conjunto de la economía nacional. El cotejo de la evolución estadística aparece en el cuadro inferior.
Tal y como se observa en la tabla, el total de ocupados de la EPA ha crecido entre 2018 y 2022 un 6,3 %. Esto no ha sucedido en el resto de las actividades productivas que se exponen en ella. Las bolsas de ocupados en las que tradicionalmente se concentran los trabajadores que perciben el SMI han crecido en mucho menor porcentaje:
- Los ocupados en la agricultura han descendido un 4,7 % y han pasado de suponer un 5 % del empleo total a ser solo el 4,5 %.
- Los ocupados en la hostelería han descendido un 3,9 % y han pasado de suponer un 10,5 % del total de ocupados a ser solo el 9,5 %.
- Los empleadores, y por tanto los trabajadores, del servicio doméstico, han descendido un 14 % y han pasado de suponer un 3,9 % del total de ocupados a ser solo el 3,1 %.
- Los ocupados en el comercio minorista han descendido un 4,5 % y han pasado de suponer un 13,9 % del total de ocupados a ser solo el 12,5 %.
Lo cierto es que la tendencia ha cambiado en esas áreas laborales. Antes, estos sectores aportaban un mayor crecimiento de la ocupación y ahora su crecimiento es muchísimo menor que la media del país. Han pasado de aportar el 33,3% del total del empleo a suponer el 29,6%.
321.987 puestos de trabajo
El gráfico recoge la estadística de las tablas del trabajo de Fremarket, centrado en las consecuencias de las subidas del SMI. Su descripción en este caso revela el contraste de la evolución del número de ocupados total y la del grupo de ocupados que tienen una mayor concentración de SMI.
También se puede apreciar el cambio de tendencia en estos sectores. Especialmente en el año 2018, y en menor medida, en 2019, aportaban un mayor crecimiento de la ocupación, mientras que ahora su crecimiento es muchísimo menor que la media del país.
Todos los grupos de menor crecimiento y con concentración de personas que reciben el SMI suman 5.110.900 ocupados. Si en igualdad de condiciones el empleo de toda esta población hubiese crecido al mismo porcentaje de lo que lo ha hecho la media, en 2022 la cifra de la suma de todos estos ocupados sería 5.432.887. Podríamos decir que hasta 2022 se han dejado de crear 321.987 puestos de trabajo. Es si en las bolsas de ocupados con SMI se hubiese creado el mismo empleo que se ha creado como media, en España habría habido al final de 2022 320.000 empleos de más.
En conclusión, “las sucesivas alzas del SMI que se han producido en España desde 2018 no han tenido impacto positivo alguno sobre el empleo. Al contrario se han traducido en una severa reducción del número de puestos de trabajo que se hubiesen creado en ausencia de ellas”, sentencia el estudio.
El empleo ha caído en los sectores más afectados por el incremento del SMI
En el gráfico anterior se ve el contraste de la evolución del número de ocupados total y la del grupo de ocupados que tienen una mayor concentración de SMI. «La verdad es que la tendencia ha cambiado: antes estos sectores aportaban un mayor crecimiento de la ocupación y ahora su crecimiento es muchísimo menor que la media del país», indican. Tal y como se puede ver en el anterior gráfico, han pasado de aportar el 33,3 % del total del empleo a suponer el 29,6 %.
Todos los grupos de menor crecimiento y con concentración de personas que reciben SMI suman 5.110.900 ocupados. Si el empleo de toda esta población hubiese crecido al mismo porcentaje de lo que lo ha hecho, ya no el resto de las ocupaciones, sino la media, en 2022 la cifra de la suma de todos estos ocupados sería 5.432.887 ocupados. Por tanto, podríamos decir que hasta 2022 se han dejado de crear 321.987 puestos de trabajo. Si en las bosas de ocupados con SMI se hubiese creado el mismo empleo que se ha creado como media en España habría habido al final de 2022 más de trescientos veinte mil empleos más.
El freno de las rigideces del mercado
Puede pensarse que lo que se ha producido es una reasignación del factor trabajo desde los sectores con un mayor número de trabajadores que perciben el SMI hacia los que han crecido más. Sin embargo esta hipótesis no es sostenible por dos razones básicas: primero, porque no es realista pensar que con los niveles de productividad de la economía nacional los sectores más dinámicos hayan aumentado su demanda de mano de obra menos productiva que la media , y segundo, por las enormes rigideces existentes en el mercado laboral español, que frenan de manera significativa la reasignación del factor trabajo.
En conclusión, con el índice de paro más alto de la UE, siendo nuestra tasa de productividad la segunda más baja de los países de nuestro entorno, las sucesivas alzas del SMI que se han producido en España desde 2018 no han tenido impacto positivo alguno sobre el empleo. Más bien al contrario, ya se han traducido en una severa reducción del número de puestos de trabajo que se hubiesen creado en ausencia de ellas.
Fuentes:
The Objetive Un estudio prueba que las subidas del salario mínimo han impedido crear 321.000 empleos (theobjective.com)