Pedro Sánchez ha señalado, sobre sus intenciones de presidir el órgano socialista, que «no podría haber causa más alta ni más querida»
El secretario general del PSOE y presidente del Gobierno ha anunciado este jueves su intención de presentar su candidatura a la presidencia de la Internacional Socialista, que aglutina a los partidos socialdemócratas, socialistas y laboristas de medio mundo. El presidente español se ha postulado en un encuentro que la organización ha celebrado en Nueva York. “No podría haber causa más alta ni más querida para los que nos sentamos aquí. Por eso, será un privilegio contar con el empuje de todas y todos vosotros para llevarla a cabo”, ha aseverado Sánchez.
“La socialdemocracia es la única alternativa viable tanto al individualismo del orden neoliberal como al retorno de los extremismos”, ha defendido Sánchez, para quien ambos fenómenos “van de la mano”.
Sánchez ha catalogado a las ideas socialdemócratas como “las responsables de las mayores cotas de progreso y bienestar alcanzadas en las sociedades contemporáneas” y ha asegurado tener una “fe inquebrantable en la vigencia de los principios de la socialdemocracia”. Un ideario que ha propuesto actualizar a los retos modernos.
El presidente del Gobierno ha llamado a “dar la batalla por la democracia, los derechos y las libertades civiles con más fuerza que nunca”. La cadena de crisis ha provocado que principios que creíamos plenamente consolidados estén en riesgo de involución, ha reflexionado Sánchez.
Madrid será la sede, a mediados de noviembre, del próximo congreso de la Internacional, según acordó este verano por unanimidad a propuesta del PSOE. Esa cita será la del relevo al frente de la organización, en la que está el griego Giorgos Papandreou desde 2006 y a quien le ha tocado lidiar con la desaparición de algunas de las fuerzas socialdemócratas más icónicas de Europa, como el PASOK griego o el PSF francés.
En Moncloa están ya preparando desde hace meses una escapatoria más o menos digna que sirva al presidente para reivindicar su liderazgo global ante un posible salto internacional en caso de que las elecciones generales de finales de 2023 supongan la salida de Sánchez del Gobierno de España. Lo cierto es que el presidente, según reconocen las fuentes consultadas en Moncloa, está mucho mejor valorado fuera de España que dentro y se enfrenta, en realidad, un problema que comparten la mayoría de líderes mundiales: Sánchez tiene casi imposible rentabilizar electoralmente de forma interna su perfil internacional, porque las cumbres internacionales y las fotos no resuelven las cosas del comer.
Aunque en puridad esa presidencia no es incompatible con la presidencia de un gobierno nacional si puede que sea el primer paso del final de un periodo aciago en la historia reciente de España, pero en todo caso: