PLANES DE PENSIONES DE EMPLEO

Ya hablamos muy resumidamente de los Productos de ahorro para la jubilación, entre los que están evidentemente los Planes de Pensiones Individuales.

Hoy damos una introducción a los Planes de Pensiones de Empleo (los planes promovidos por las empresas).

Los planes de pensiones de empleo (PPE) son los grandes desconocidos de la industria de las pensiones privadas. Se trata de fondos de pensiones promovidos dentro de una empresa o una administración pública, en beneficio de sus trabajadores. A efectos fiscales, tienen el mismo tratamiento que los planes de pensiones individuales. Las aportaciones realizadas pueden descontarse de la base imponible del IRPF, hasta un límite de 8.000 €/año. A cambio, en el momento del rescate del plan (normalmente, tras la jubilación) tributa como si fuera una renta del trabajo.

En España hay más de dos millones de trabajadores que son partícipes de un PPE, acumulando un patrimonio total de 36.000 millones € (la mitad del importe que hay acumulado en planes de pensiones individuales). Puede parecer mucho, pero son menos de 18.000 € por persona. Los principales promotores de este tipo de ahorro complementario para la jubilación son grandes compañías (bancos, eléctricas, telecos, multinacionales, aseguradoras…) y también administraciones y organismos públicos (ayuntamientos, diputaciones provinciales, universidades…).

Un particular no puede contratar directamente un plan de empleo. Tan solo tienen acceso los que trabajan en la empresa que lo ha promovido. Es habitual que el importe de aportaciones se pacte con los sindicatos dentro de la interlocución laboral.

LOS MAYORES PPE

Los mayores planes de pensiones de empleo de España son los promovidos por CaixaBank (5.700 millones), BBVA (3.000 millones), Endesa (2.900 millones), Telefónica (2.900 millones) y Bankia (1.540 millones).
La grave crisis económica tuvo un importante impacto en los PPE. Las administraciones públicas tuvieron que congelar las aportaciones, y también muchas compañías. Si en 2002 se llegaba a aportar cerca de 3.200 millones a PPE, desde 2011 nunca se han superado los 1.300 millones de aportación anual.
Como muchos de los trabajadores que tenían un PPE ya se han jubilado, el rescate de estos no ha dejado de crecer. En 2017 fueron 1.814 millones, por lo que hace que el sistema de planes de empleo haya tenido un saldo neto negativo en los últimos seis años. Cada año, entra menos dinero del que sale. El patrimonio total se mantiene más o menos estable gracias únicamente a la revalorización del dinero que había previamente.

RENTABILIDAD

Una de las ventajas que presentan los planes de empleo frente a los individuales es que pagan comisiones mucho más bajas. Como son promovidos para colectivos relativamente grandes de trabajadores, sin necesidad de realizar una labor comercial, la comisión de gestión ronda el 0,3%, mientras que en los individuales supera el 1% anual.
Estos menores costes se trasladan en el nivel de rentabilidad obtenida. Así, los últimos cinco ejercicios, los PPE han rentado un 4,78% de media, frente a los 4,18% de los planes individuales.
La industria es consciente del lento declinar de este producto y reclama desde hace tiempo que los poderes públicos incentiven su contratación. La principal propuesta que hay encima de la mesa consiste en aplicar un sistema de adscripción voluntaria a planes de empleo.
Aunque la rentabilidad media de los 25 planes de empleo con más patrimonio bajo gestión se eleva hasta el 0,64% de media, cuatro de ellos ya están en negativo en el último año. El plan de los empleados de Banco Sabadell cae un 2%, el que más acusa la bajada, aunque de forma excepcional ya que es un plan garantizado y asegurado por la Dirección Financiera. El producto de CaixaBank arroja unas minusvalías de prácticamente el 1%, solo superado por el de los Funcionarios del Estado, a punto de ponerse en negativo en el año y el de Funcionarios de la Generalitat que gana un 0,86% a 12 meses. A la cola le siguen el plan de Altadis, cuyas minusvalías a un año se cifran en el 0,34%y el de los trabajadores de la Central Nuclear Ascó Vandellós (-0,25 %).
El modelo que más gusta a bancos y aseguradoras españolas es el británico (conocido como auto-enrolment). En Reino Unidos se ha obligado a todas las empresas a incluir a sus empleados en un sistema por el que se les paga una parte del sueldo en un plan privado. Solo si el trabajador renuncia voluntariamente, se destina esa cantidad directamente a salario. Proponen que todos los trabajadores destinen un 4% de su sueldo a este formato de ahorro, la mitad correría a cargo de la empresa y otra la mitad a cargo del empleado.

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