La Seguridad Social va a cerrar el año con un déficit el 1% del PIB (cerca de 12.000 millones de euros), según ha avanzado el ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá, quien también ha confirmado que mantiene su estimación de reducir al 0,5% este saldo negativo en 2022 y alcanzar el equilibrio presupuestario al final de la legislatura.
Ha indicado que la mejora del déficit del sistema se ha conseguido operando sobre dos palancas. La primera ha sido la mejora de la recaudación por las cotizaciones empresariales y de los trabajadores que han elevado la recaudación por cuotas de la Seguridad Social hasta los 129.000 millones de euros en 2021, un 7,8% más que en 2020 y un 4% más que 2019, en ausencia de pandemia.
La segunda de estas palancas consiste la separación de fuentes de financiación, trasladando de las arcas de la Seguridad Social a las estatales los denominados gastos impropios, que en 2021 supusieron ya 13.800 millones menos para las cuentas del sistema y en 2022 se elevarán a 18.300 millones de euros. De este modo, el Estado absorberá este año el 80% de los gastos impropios del sistema, cifra que alcanzará el 100% en 2023
Lo que no indica el Ministro es que esta segunda palanca es simplemente un maquillaje que traslada el déficit de la Seguridad Social a un déficit del propio Estado, con las consecuencias de aumentar su déficit y obligándole a emitir deuda pública y/o disminuir otras partidas presupuestarias.