LOS FIJOS DISCONTINUOS Y LA EPA DEL 2º TRIMESTRE DEL 2022

El análisis de los datos de empleo reflejados en la Encuesta de Población Activa (EPA) está pasando de la euforia inicial a la inquietud sobre el presente y futuro del mercado laboral en España. Si el primer dato que copó los titulares fue que ya tenemos menos de tres millones de parados, el análisis más profundo incide en cuestiones como el maquillaje de las cifras que suponen los nuevos contratos fijos discontinuos pues su eclosión en la contratación y su no cómputo como parados en los periodos en los que están sin actividad pueden distorsionar las estadísticas del paro.

 

En el segundo trimestre hubo 20,47 millones de ocupados. Son 796.400 más que un año antes (+4%). La subida del empleo, siempre en términos interanuales, benefició solo a los asalariados (+4,8%), ya que los autónomos sufrieron un ligero retroceso. Dentro de los asalariados, se deja sentir el impacto de la reciente reforma laboral y el consecuente auge de los contratos fijos-discontinuos: mientras los temporales bajaron un 6,8%, los indefinidos (que incluyen a los fijos discontinuos) aumentaron 8,7%.

 

La tasa de paro fue de 12,5%, 2,8 puntos porcentuales menos que hace un año. La tasa de paro juvenil bajó 9,9 puntos porcentuales, pero sigue siendo alta: 28,5%. La reducción interanual del número de parados es significativa pues lo hizo en 624.400 personas en la comparación interanual (-17,6%, el mayor descenso en 17 años). Ahora están desocupadas 2,92 millones de personas. Bajó el paro en ambos sexos y entre los menores de 60 años, en especial entre las personas de 25 a 39 años (-27,4%). Entre las personas de 60 y más años de edad, el paro subió 6,5%

 

Los fijos discontinuos distorsionan la realidad del paro en España

El gran temor es qué ocurrirá a partir de septiembre, cuando el sector servicios deje de copar la mayoría del empleo fijo discontinuo creado. En junio se firmaron 834.026 contratos fijos-discontinuos. Es una pequeña parte de los 15,8 millones de contratos que se efectuaron, pero son los que más han crecido en el último año: un 100 %. Este notable incremento, muy propio de esta época del año caracterizada por la mayor presencia del empleo temporal, es el que hace que se considere que puede distorsionar cualquier comparación que se haga con datos anteriores. Además de no aparecer como parados en sus periodos de inactividad,  cuando se reincorporan al trabajo tras el periodo de inactividad tampoco se computa esa vuelta a la actividad como un nuevo ocupado pues el contrato es el mismo se esté en actividad o no.

 

Un 20% de los empleos ganados en los últimos doce meses fue de carácter fijo-discontinuo. Aunque el número de asalariados con contrato fijo-discontinuo aumentó un 43,5% interanual, siguen siendo un grupo menor dentro del colectivo de asalariados: 3% del total, que equivale a 516.200 personas. El número de asalariados temporales se redujo 6,8% (279.800 menos), hasta 3,86 millones. Nótese que el incremento de los contratados de forma fija discontinua no compensa la reducción del número de asalariados temporales. Es decir que, una parte de estos últimos se ha convertido en indefinido no discontinuo. De hecho, su número creció 7,7% interanual (919.900 personas más), hasta 12,93 millones. De esta forma, la suma de asalariados temporales y fijos-discontinuos, que hace un año equivalía al 27,2% del total de asalariados, ahora redujo su importancia hasta 25,3%.

 

Por otra parte, es preocupante el incremento de las bajas en el empleo y, por tanto, en la Seguridad Social, como consecuencia de la no superación del periodo de prueba. Con respecto a diciembre se han incrementado en un 649 %».

 

EMPLEO POR TIPO DE CONTRATO

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