LOS EMPLEADOS A JORNADA COMPLETA TRABAJAN HABITUALMENTE MÁS DE 40 HORAS A LA SEMANA

En España trabajar a jornada completa es sinónimo de echar más de 40 horas semanales, la media máxima permitida por la legislación laboral española. En concreto, los empleados con este tipo de jornada trabajaron habitualmente 40,4 horas semanales en 2022, según se refleja en la encuesta de fuerza laboral que elabora la oficina estadística europea Eurostat.

 

Mientras que los trabajadores por cuenta ajena trabajan habitualmente 39,3 horas a la semana, los empleados por cuenta propia extienden su semana a 46 horas laborales. Una diferencia de 7,2 horas que en la práctica supone casi un día más de trabajo.

 

En el Viejo Continente, la semana laboral de los trabajadores a tiempo completo oscila entre las 42,7 horas de Grecia y las 38,7 en Finlandia. En Francia, el límite legal son 35 horas, pero la jornada habitual ronda las 40, mientras que en Bélgica la semana laboral tiene 38 horas, pero se hacen 40,4, las mismas que en España.

 

Entre las categorías profesionales con jornadas más largas destacan los trabajadores cualificados del sector agrario, con una semana laboral habitual de 46,8 horas, seguidos por los directores y gerentes, con 43,5 horas en promedio, y los operadores de instalaciones y maquinaria y montadores, que suman 41,6. En el otro lado del espectro, las jornadas semanales más cortas son las de los militares (38,1 horas) y las de los empleados de oficina (38,7).

 

A nivel sectorial, la realidad de las jornadas laborales se mueve desde las 54,5 horas semanales de los autónomos del sector de la hostelería (lo que serían unas 9 horas diarias seis días a la semana), hasta las 35,2 que trabajan los asalariados del sector educativo (unas 7 horas diarias en cinco días).

 

Si nos fijamos en todos los trabajadores a tiempo completo —sean autónomos o por cuenta ajena— el sector agrario encabeza la lista de jornadas más exigentes y se trabaja habitualmente 44 horas a la semana. Después del sector agrario aparece la hostelería, un sector en el que la semana laboral alcanza habitualmente las 43,2 horas. También están por encima de las 40 horas el sector del transporte y almacenamiento (42); las actividades profesionales, científicas y técnicas (41,4); el comercio y las reparaciones de vehículos (41,4); las industrias extractivas (40,6); las manufacturas (40,6); la información y las comunicaciones, las finanzas y los seguros (40,2) y el suministro de energía eléctrica (40).

 

Entre las actividades por debajo de las 40 horas, las jornadas más cortas aparecen en sectores vinculados al sector público. El personal educativo, con 37,1 horas habituales de trabajo a la semana, es el que registra una semana laboral más corta. En una línea similar se mueven los trabajadores de la administración pública y defensa (37,6 horas) y el personal sanitario y los servicios sociales (38,1). Es importante recordar que la jornada máxima en el sector público se sitúa en 37,5 horas semanales, lo que explica en parte por qué tanto el personal educativo como el sanitario tienda a hacer menos horas.

 

Aunque el foco del debate se ha puesto en la limitación de la jornada máxima, más de un millón de trabajadores tienen el problema opuesto: les gustaría trabajar más horas, pero no pueden. El año pasado había en España 2,6 millones de trabajadores a tiempo parcial, según los registros de Eurostat. De ellos, la mitad tenía un contrato a tiempo parcial de manera involuntaria, la tercera mayor tasa de toda la UE.

 

En este aspecto, llama la atención que España sea uno de los países europeos en los que más cortas son las jornadas parciales. Los empleados en esta situación trabajan habitualmente 20,1 horas semanales, casi dos horas menos que la media de la UE (21,9). En el Viejo Continente, solo Portugal, Dinamarca, Chipre e Irlanda tienen jornadas parciales semanales de menor duración.

 

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