El 61,8% de las bajas de afiliación está ligada a la caducidad de un trabajo eventual
Los fijos discontinuos lastran la mejora en la estabilidad del empleo
El año 2024 se puede considerar el de consolidación de la reforma laboral, no solo porque las empresas han absorbido completamente los cambios legales, sino porque también las circunstancias económicas han dejado atrás por completo las secuelas de la pandemia. Esto se aprecia especialmente en sectores como la hostelería, que arranca la temporada turística estival con expectativas de récord. En este contexto, los empleos ligados a actividades eventuales suponen el 61,8% de las bajas de afiliación, con 3,93 millones en el primer cuatrimestre, tras crecer un 7,9% respecto al mismo periodo de 2023.
Las cifras siguen siendo mucho mejores que las del primer tercio de 2019, cuando alcanzaron los 4,8 millones y el 71,3% del total de bajas. Ahora bien, el repunte respecto a 2023 apunta que el efecto corrector de la precariedad ha tocado techo. Aunque hay un factor sustancial que impide que esta mejora sea aún mayor: el peso de los fijos discontinuos.
Esta figura contractual ha sido objeto de polémica constante desde la aprobación de la norma por su impulso como alternativa a los temporales. El Gobierno la ha defendido como un puente hacia los empleos indefinidos ordinarios con más garantías laborales que los temporales, pero el hecho es que esto es bastante discutible.
Un trabajador fijo discontinuos que pasa a la inactividad deja de percibir un salario y es dado de baja a la Seguridad Social, pero no ve extinguido su contrato y no cuenta como parado, como sí ocurre con un temporal que finaliza por cumplir su duración determinada. La razón es que tiene garantizado volver a ser llama por la empresa. A cambio de este compromiso, cuando deja de trabajar no percibe indemnización alguna, al contrario que los eventuales que ven caducar su contrato, que reciben 12 días por año trabajado . Una indemnización que conviene diferenciar de la correspondería por un despido, que es exactamente la misma que percibiría un indefinido.
Si el fijo discontinuos no es llamado finalmente, puede optar a una indemnización que sería equivalente a la de un despido objetivo (20 días) o improcedente (33 días), según las causas aducida por la empresa, pero los supuestos son complejos y exigen denuncia por parte del trabajador. Si es despedido durante el periodo de actividad, la situación y la compensación son las misma que las de cualquier otro trabajador, sea indefinido ordinario o temporal. Aunque su compensación siempre se calculará en función del tiempo efectivamente trabajado y cotizado, no sobre la duración del contrato.
Estos matices reducen las ventajas de este tipo de contrato para los trabajadores, y explican su irregular implantación. Precisamente, los datos de Seguridad Socia explican que, aunque estos contratos solo suponen un 6,5% del total de afilados medios, tras crecer un notable 140% desde 2019 (cuando sumaban el 3% de los afiliados al Régimen General), las bajas de afiliación por pase a la inactividad suponen el 18,5% del total y se han disparado un 584% respecto a hace cinco años, cuando su peso era del 2,7%.
Es más, en lo que se refiere al último año, han crecido un 18,7%, casi cinco veces más que las bajas causadas por la finalización de un contrato temporal, que apenas lo han hecho un 3,9%. Aunque en su caso se trata de un repunte que no empaña el desplome del 43% que han registrado desde los niveles de 2019, y que les ha llevado de aportar el 68,6% de los empleos caducados, al 43,2%
De hecho, la caída del empleo temporal en términos de afiliación media, un 62%, está mucho más alineada con el descenso de las bajas de afiliación que provoca la extinción de esos contratos por caducidad. Las de los fijos discontinuos, por el contrario, se han multiplicado de una forma que solo se explica porque su volatilidad también se ha disparado. no de los factores que pude explicar este comportamiento es que las ETTs pueden realizar este tipo de contratos, lo que dispara el número de altas y bajas que encadena un trabajador.
¿Había una alternativa a los fijos discontinuos?
Así las cosas, se puede afirmar que la reforma laboral ha logrado reducir sustancialmente las probabilidades de perder un empleo por efecto de la temporalidad. Pero no tanto como podría si no se hubiera flexibilizado la contratación de fijos discontinuos. se hubiera optado por alternativas de contratación. Uno de los casos más claros es la construcción.
La reforma introdujo un “contrato indefinido por obra” que flexibiliza las condiciones de cese al término de la construcción ligada al contrato, pero muy lejos de los fijos discontinuos. El trabajador recibe opciones de recolocación y una indemnización más alta, de media, que un despido normal por causas objetiva, que ronda los 25 días por año.
Aunque los laboralistas debaten que esta fórmula los equipare a los temporales, este despido ‘a la carta de este sector’ ha permitido que sea el que más ha incrementado la contratación indefinida ordinaria, llegando al umbral del 90% en mayo, 40 puntos más que en el mismo mes de 2019. La gran mayoría de ellos, además, son a tiempo completo.
Una mejora que supera con creces la media de la economía y que la hostelería, donde el peso de los fijos discontinuos ha contrarrestado el descenso de los temporales. Contrata tambiéncon el leve retroceso de la contratación indefinida en la educación (otro sector en el que los discontinuos se han disparado). Aunque también son malos datos los de la sanidad y servicios sociales y los de las administraciones públicas, en los que los ‘indefinidos eventuales’ no han elevado su peso. Aunque hay que recordar que, en el caso de los trabajadores públicos, la reforma laboral no se aplica.
Esta evolución invita a la reflexión sobre hacia dónde habría que avanzar para reducir la temporalidad y la precariedad real del empleo. Los datos de paro y rotación laboral de España siguen siendo los peores de la Unión Europea dos años después de la reforma, a pesar de que la temporalidad avanza hacia la media europea. Aunque en este dato hay que tener en cuenta que los fijos discontinuos cuentan como indefinidos.