LAS PROPUESTAS LABORALES QUE SE OLVIDARÁN TRAS EL 23-J

Programas con cientos de páginas de propuestas condenadas al olvido

 

En los distintos equipos de campaña hay personas que se han trabajado con esmero -y nulo reconocimiento público- unos programas políticos de cientos de hojas donde se recogen de manera sistematizada todas las propuestas que el partido político se compromete a olvidar en cuanto llegue al poder. Estos documentos apenas lo leen un puñado de frikis de la política, y para ahorrar al personal la tediosa tarea de leer semejante tostón, hemos hecho ese trabajo.

PARTIDO POPULAR (PP). El Partido Popular no es que se haya esmerado demasiado, pues  no hay medidas concretas. Apoyo a autónomos, más formación, incremento indeterminado del SMI y fomento de la igualdad en el ámbito laboral. Nada especial.

Lo que más puede llamar la atención es el acercamiento a la llamada «mochila austriaca», a través de la creación de lo que denominan «cuentas individuales, portables, para los trabajadores», donde se irá ingresando un dinero por parte de las empresas y de los empleados -a través de sus cotizaciones-. Así cada trabajador puede generar una mochila de dinero, y si se cambia de empleo voluntariamente se la lleva y no ‘se pierde la antigüedad’. Lo que no indica es que una medida así debería tener un impacto en las indemnizaciones por despido. Reduciéndolas, por supuesto.

 

PARTIDO SOCIALISTA OBRERO ESPAÑOL (PSOE). El PSOE, en materia laboral, mira al pasado para construir el futuro. Pero no al pasado de los últimos 5 años, sino al de «la crisis financiera de 2008, gestionada por el PP» pues al parecer no importa que Zapatero gobernase de 2004 a 2011 porque, total, no lo va a leer nadie.

También hay apoyo a autónomos, más formación y fomento de la igualdad en el ámbito laboral. Nada especial. Destaca el compromiso de elevar el SMI al 60% del salario medio, aunque no indica que eso realmente es una exigencia de la Carta Social Europea que España debe cumplir en cualquier caso.

El programa propone «profundizar» en la creación de fondos de pensiones de empleo, sin indicar que se alimentarán de cotizaciones que pagarán empresas y trabajadores. Con esta idea ya se ha flirteado esta legislatura -de ahí que haya que «profundizar»-, y es un aviso sobre el aciago destino que les espera a las pensiones públicas de jubilación -abocadas a casi su desaparición-, y la obligación de que todo currante se vaya pagando a la fuerza desde joven su propio plan de pensiones.

 

SUMAR. Es, sin ninguna duda, el programa electoral que establece medidas laborales más concretas. Sumar propone restar. La idea central es trabajar menos y restar horas a la jornada laboral. Propone que la jornada máxima semanal sea de 37,5 horas en 2024, y que se vaya reduciendo paulatinamente hasta las 32 horas. No indica qué impacto tendría eso en los salarios.

También se recoge una nueva regulación de la distribución irregular de la jornada para que se realice en periodos máximos de 4 meses -ahora es un año-, incrementar el 100% el precio de la hora extra, y que la parada de la jornada partida sea como máximo de 1 hora.

Como curiosidad, este programa recoge una docena de veces la palabra «trabajadores», sin desdoblar su género y sin usar el lenguaje inclusivo.

 

VOX. El programa de Vox también propone un buen puñado de medidas genéricas, y aunque en su concepción general coincide con otros programas, se separan un poco de lo que ya hemos visto: incremento de todos los salarios -no sólo el SMI-, apoyo a los autónomos eliminando la cuota si no llegan al SMI, fomento de la igualdad en la empresa y formación.Hay un apoyo específico a los jóvenes y a la precariedad laboral del colectivo, señalando expresamente la intención de derogar la Reforma Laboral de los contratos, que entró en vigor el año pasado… sin explicar de qué manera.

Desde la óptica del empleo, la lucha contra la inmigración ilegal se centra en la capacidad de «sancionar con dureza» a las empresas que contraten extranjeros sin permiso de residencia.En materia sindical se pone el punto de mira en el control y reducción de los liberados sindicales -empleados que sólo se dedican a la actividad sindical y no a trabajar para la empresa-, y en la supresión de las subvenciones públicas a los sindicatos. Eso sí, de esto último tampoco se librarían las patronales.

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