La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha reconocido por primera vez el síndrome del burn-out (trabajador quemado) dentro de su Clasificación Estadística Internacional de Enfermedades y Problemas de Salud Conexos (CIE-11).
El acuerdo se produjo el pasado 25 de mayo y hay que tener en cuenta que la CIE-11 no entrará en vigor hasta el 1 de enero de 2022.
La CIE, que define el universo de enfermedades, trastornos, lesiones y otros problemas de salud conexos, es el estándar internacional de clasificación diagnóstica que sirve para notificar enfermedades y afecciones con cualquier fin clínico o de investigación y constituye la base para seguir la evolución de la salud y obtener estadísticas mundiales.
Además, esta clasificación también capta los factores que influyen en la salud, o las causas externas de mortalidad y morbilidad, proporcionando una visión holística de cada aspecto de la vida que puede afectar a la salud.
Sobre el burn-out
La decisión de reconocer el síndrome del burn-out como enfermedad supone un gran paso a la hora de poner fin a las controversias que han existido hasta ahora entre los expertos sobre cómo definir y conceptualizar este síndrome y si debía o no considerarse realmente como una enfermedad.
En el CIE-11 se conceptualiza el “burn-out” como un síndrome producido como el resultado de un cuadro de estrés crónico en el lugar de trabajo que no se ha gestionado de manera correcta y que ha desembocado en una situación de agotamiento extremo.
El síndrome se caracteriza por tres dimensiones:
- Sentimiento de agotamiento generalizado
- Sentimientos de negatividad o estrés directamente relacionados o motivados por el trabajo
- Como consecuencia de lo anterior, el trabajador no puede rendir de manera adecuada en su puesto de trabajo.
Respecto ala CIE-11, desde la OMS destacan que «ha sido actualizada para el siglo XXI, refleja avances científicos y médicos fundamentales y puede integrarse bien con las aplicaciones sanitarias electrónicas y los sistemas de información».
Además, esta nueva versión es totalmente electrónica, permite registrar más detalles y es mucho más fácil de usar y aplicar, lo que reducirá el número de errores y los costos, y hará que sea mucho más accesible, especialmente en entornos con bajos recursos.