Un millón de personas que busca trabajo en España apenas tiene estudios primarios
España es el segundo país de la Unión Europea con mayor tasa de desempleo juvenil. Según datos de Eurostat, la oficina estadística europea, el 28% de los menores de 25 años estaba en paro el verano pasado, un porcentaje sólo superado por Grecia, con el 29,5%. Países como Francia o Alemania tienen una tasa de paro juvenil del 15,3% y 5,4%, respectivamente. De las grandes economías de la UE, Italia es la que más cerca está de España, con un nivel de 23,1%, ocupando el tercer puesto de la clasificación.
El SEPE ha publicado los datos acerca del tiempo de espera que llevan las demandas de empleo sin haber podido ser satisfechas. En ella se demuestra las dificultades de encontrar un puesto de trabajo cuando se tienen los mínimos estudios. Un 27,7% de las demandas de empleo de las personas sin estudios o solo con estudios primarios lleva más de dos años esperando una solución.
Existe una fuerte vinculación entre los estudios cursados y el empleo. Según unos informes de la Agencia para la Calidad del Sistema Universitario de Cataluña y de Adecco, los estudios de medicina y enfermería son los que mayor nivel de empleabilidad tienen en la actualidad. Alrededor de un 95% de los titulados encuentran trabajo en los tres primeros meses después de finalizarlos, por delante de informática y telecomunicaciones.
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) advertía de que España era uno de los países con mayor proporción de fracaso escolar entre los adultos más jóvenes. Según su informe “Educación a la vista”, un 28% de los españoles de entre 25 y 34 años no tiene el título de bachillerato de de formación profesional básica o media, el doble que la media de los países que componen la organización.
El informe es muy duro con el sistema educativo español, aunque reconoce que se han producido mejoras en los últimos años. Así, destaca que un 18,4% de jóvenes entre los 25 y los 29 años ni estudia ni trabaja (los popularmente calificados como “ninis”), un nivel que únicamente es superado por Colombia, Italia, Chile Turquía, Grecia y Sudáfrica. Hay otro dato sonrojante: apenas un 6% de los estudiantes se decanta por las tecnologías de la información, donde la tasa de empleabilidad es la más alta.
Puede que no le falte razón a la institución con sede en París. Basta son asomarse a los datos estadísticos del Ministerio de Trabajo, en concreto del Servicio Público de Empleo Estatal. Según los últimos datos publicados por el SEPE, cerca 4,28 millones de personas buscaban trabajo en España en septiembre pasado, de los que un millón (el 23,39% del total) no tenía más estudios que los primarios y algo más de 82.000 ni siquiera tenían estudios.
El mayor número de demandantes de trabajo se da, lógicamente, en el sector servicios, con cerca de tres millones de solicitudes, que equivalen al 68,6%% del total, en línea con su peso en el Producto Interior Bruto. Le sigue la industria, la agricultura y, por último, la construcción, con el 7,36%. Casi un 8% de los demandantes no ha tenido un empleo anterior.
Para la OCDE, los estudios de bachillerato o de enseñanza profesional básica o media son “la cualificación mínima para tener una participación exitosa en el mercado laboral”.