LA JUBILACIÓN BONIFICADA EN LA EDAD DE LOS CONDUCTORES POR CARRETERA

Bajo el nombre “Estado funcional, repercusiones y exigencias en el contexto de envejecimiento de la fuerza laboral”, la Asociación Empresarial de Transportes Discrecionales de Mercancías de Aragón (Tradime) ha presentado un informe desarrollado por la Universidad Complutense de Madrid en el que se detalla y actualiza la dureza de la profesión y la severidad de la situación profesional del transportista de mercancías por carretera en España.

 

Tradime lleva tiempo poniendo sobre la mesa la petición de que conductores autónomos y por cuenta ajena tengan la posibilidad de acogerse a la jubilación anticipada aplicando coeficientes bonificadores, como ya se hace en otras profesiones en las que sí se tiene en cuenta la peligrosidad y las condiciones laborales. Esta “reivindicación histórica redundaría en una mayor seguridad vial, tanto para los propios conductores como para todos los usuarios de las carreteras ya que la edad, constituye un factor determinante en la pérdida o disminución de determinadas capacidades motoras, sensoriales y cognitivas necesarias para una conducción segura

 

El informe basa sus conclusiones en tres pilares fundamentales, como son los informes realizados por el propio Gobierno y los análisis realizados sobre ellos; las bases de datos del Ejecutivo central y los cálculos objetivos realizados con las mismas, y la revisión documental de investigaciones internacionales que, trasladadas a nivel nacional, corroboran lo anteriormente citado.

 

El estudio constata riesgos en la profesión del transportista de mercancías por carretera “por las condiciones de trabajo penosas, peligrosas, insalubres y, en ocasiones, tóxicas, que además se ven agravadas con la edad”. También detalla que “la industria del transporte va a tener un incremento de la actividad, por lo que para solventar los problemas derivados se requerirá de enfoques basados en teorías de sistemas, de forma similar a otras actividades penosas”.

 

A pesar de todo ello, se observa “un menor número de víctimas mortales por accidente de carretera, lo que avala la profesionalidad del sector”. En cuanto a la salud del transportista, el informe destaca “unos elevados índices de morbilidad y mortalidad y enfermedades profesionales”, por lo que patologías frecuentes en estos profesionales -infartos, derrames cerebrales, hipertensión, diabetes, etc.-, “deberían considerarse como enfermedades profesionales”.

 

En las conclusiones se hace hincapié en la edad de los profesionales, ya que “hay un aumento de la siniestralidad a partir de una determinada edad, además de incrementarse la posibilidad de sufrir enfermedades profesionales según los requerimientos físicos”.

 

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