Las ONG alertan de que, en tres meses, se va a producir un gran estallido social si el país continúa sumido en esta profunda crisis económica.
La situación es crítica en toda España. Las colas para esperar una cesta con alimentos han aumentado y son ya kilométricas. El empobrecimiento severo que está sufriendo la población está provocando que los Bancos de Alimentos no den abasto y comiencen a vaciarse.
¿Dónde está el Estado y sus flamantes Ministerios de, por ejemplo, Derechos Sociales (Pablo Iglesias, con responsabilidades en Dependencia, IMSERSO y Familia), ¿o no es un derecho social no pasar hambre?, de Trabajo y Economía Social (Yolanda Díaz, responsable del SEPE), ¿o no es economía social recibir en tiempo las prestaciones/subsidios de desempleo?, de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones (José Luis Escrivá, responsable del INSS), ¿o no es inclusión recibir en tiempo y forma, por ejemplo, el tan publicitado y manoseado Ingreso Mínimo Vital?. Ante esta dejación de responsabilidades (y de ética) parece que es preciso recurrir a la caridad y a la solidaridad de las ONGs para estas lamentables situaciones?
En plena segunda ola de coronavirus, las organizaciones benéficas, que están funcionando como amortiguadores sociales, se están encontrando con un nuevo perfil de demandante que está atravesando verdaderas penurias. Ninguno de ellos pensó que podía llegar a guardar cola para recibir un bolsa con productos básicos para comer ese día. La ruina planea ya por cualquier hogar de este país. Nadie está a salvo.Muchos profesionales de todos los sectores (desde no encuentran trabajo para reinventarse, en una España en caída libre en destrucción de empleo.
Desde laFundación Madrina, se describe un panorama absolutamente desolador. “La gente ha aguantado hasta septiembre y ya no tienen nada. Además de familias muy jóvenes, parados, gente que está sin cobrar los ERTE y los que no reciben ayudas,tenemos azafatas, presentadores de televisión, periodistas y gente famosa. La miseria es democrática y puede afectar a todos. Estas categorías profesionales han crecido muchísimo después del verano y se han sumado a las colas del hambre. Vienen todos los días. Y lo más grave es que estamos desabastecidos, si no se nos ayuda esto va a acabar muy mal y va a haber un estallido social con robos y delincuencia. Antes de la pandemia atendíamos a 400 familias al mes y ahora repartimos a 3.500 personas al día y el Gobierno de Pedro Sánchez está desentendido. Sólo saben hacer ingeniería social que no vale para nada. El Estado no está haciendo nada. Jamás hemos recibido una ayuda pública y lo que venden con los subsidios es pura propaganda política. La Administración General está cerrada, no funciona”.
El Banco de Alimentos de Barcelona también ha dado un golpe en la mesa y ha pronosticado una gran catástrofe y quiebra social si las solicitudes y llamadas de socorro alimentario siguen creciendo. “Los Bancos de Alimentos catalanes están al límite y si continúa aumentando la demanda, el volumen de productos que podrán distribuir puede llegar a ser irrelevante en relación a las necesidades de una persona. Desde que se inició la pandemia los Bancos de Alimentos catalanes han visto crecer las peticiones de alimentos más de un 40%, teniendo que hacer un gran esfuerzo para llegar a todos”,
Igualmente, desde elBanco de Alimentos en Madrid, confirman que hay escasez y que las colas de espera en las ONG han aumentado de longitud de forma muy crítica. “Estamos atendiendo a 190.000 personas diariamente en la Comunidad de Madrid y repartiendo comida a 540 entidades benéficas. Pensábamos que la cosa se iba a tranquilizar pero no ha sido así. No damos abasto. Antes movíamos un millón de kilos al mes y ahora estamos repartiendo dos millones. Hemos duplicado la demanda. Necesitamos más donaciones urgentemente”.