Todo apunta a otro incremento de las cotizaciones sociales en 2025 para sostener el sistema de pensiones
No es ningún secreto que la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea) discrepa radicalmente de los cálculos del Ministerio de Inclusión y Seguridad Social respecto a los efectos de la reforma de las pensiones. Allí donde José Luis Escrivá ve un escenario perfectamente sostenible, y en ese punto tiene el apoyo de Bruselas, Fedea alerta de las consecuencias del incremento del gasto que comportará.
El ministro Escrivá introdujo una cláusula de salvaguarda en el Mecanismo de Equidad Intergeneracional (MEI), para evaluar si las medidas adoptadas en la reforma de pensiones son suficientes. Según el apartado 3 de la Disposición adicional segunda Seguimiento de las proyecciones de impacto estimado de las medidas adoptadas a partir de 2020. del Real Decreto-ley 2/2023, de 16 de marzo, de medidas urgentes para la ampliación de derechos de los pensionistas, la reducción de la brecha de género y el establecimiento de un nuevo marco de sostenibilidad del sistema público de pensiones:
“En caso de que la ley con las medidas correctoras del exceso del gasto neto en pensiones no entrara en vigor el 1 de enero del año siguiente, la cotización del Mecanismo de Equidad Intergeneracional aumentará para compensar dos décimas partes del exceso estimado por la AIReF a partir del 1 de enero del año siguiente a la publicación del Informe de la AIReF y otras dos décimas partes en cada uno de los años siguientes hasta que se adopten nuevas medidas del mismo impacto o el exceso de gasto neto sea corregido.”
El MEI comenzará a revisarse en 2025 y para entonces Fedea ya prevé que el sistema necesitará ingresos extra de casi 14.000 millones. El think tank lleva así la contraria al Ministerio de Seguridad Social al considerar que sus previsiones de gastos e ingresos son “optimistas y poco plausibles” al sustentarse en “supuestos demográficos y macro” en exceso favorables.
No cabe tildar de alarmista este análisis de Fedea. De hecho, su previsión se alinea con la del Banco de España o la AIReF. Ambos organismos también prevén un desvío del gasto que activará subidas de cotizaciones o recorte de desembolso en 2025 para paliar los desequilibrios del sistema. Los antecedentes del ministro Escrivá con la propia reforma de pensiones en la que obvió cualquier medida enfocada a racionalizar el gasto dejan patente que los ajustes anunciados se realizarán para elevar los ingresos. Esto aboca a nuevas alzas de cotizaciones sociales que es justo el camino contrario por el que se aboga la empresa familiar en su último Congreso. De hecho, su presidente, Andrés Sendagorta, asegura que hay que “incentivar el empleo y gravarlo no parece la mejor forma de conseguirlo”. Una crítica oportuna ante la dificultad que las empresas tienen de elevar salarios para cubrir vacantes debido a las altas cargas tributarias del mercado laboral. Un mensaje adecuado que podría caer en saco roto. De hecho, las empresas se enfrentan a otro golpe en forma de incremento de cotizaciones que ‘parcheará’ una reforma de pensiones insuficiente a todas luces para revertir los desequilibrios del sistema.
Fuente: El Economista
Hacia otro golpe para las empresas (eleconomista.es)