Gráfico aterrador el que adjunto. Envejecimiento en España, envejecimiento a nivel global. El gráfico español, en concreto, da pánico, miedo por lo que afecta al futuro de las pensiones y, en esta misma dirección a las Bolsas.
“El factor demográfico (envejecimiento de la población, en términos de desaceleración del crecimiento de la población activa, cambios en hábitos de consumo, ahorro/inversión y su impacto en sanidad y pensiones) supone sin duda una de las mayores amenazas a medio y largo plazo para…
1. El crecimiento potencial, con dos de sus componentes (población activa y capital) presionados a la baja
2. La estabilidad de los mercados financieros, precisamente por la distorsión entre la relación de ahorro/inversión; además, existe el riesgo de que tanto oficialmente como las instituciones (compañías de seguro y fondo de pensiones) estén infravalorando los costes del factor demográfico
3. Las finanzas públicas, considerando como el FMI prevé que los gastos relativos a la edad crezcan con fuerza a medio y largo plazo desde ya elevado 16.5 % del PIB (la deuda pública podría alcanzar el 400 % del PIB al final de la centuria).
Poco que hacer con respecto a los primeros puntos, aunque naturalmente las autoridades sí tienen margen de maniobra para aumentar la flexibilidad del mercado de trabajo y aprobar reformas que maticen los riesgos derivados del exceso de complacencia en los mercados. Pero, sí es claro que se pueden tomar medidas para matizar el impacto negativo del factor demográfico en las finanzas públicas. Medidas que van desde una gestión más eficiente y preventiva de los gastos sanitarios al mismo tiempo que elevar la edad de jubilación. Hacer el Sistema de pensiones más flexible, relacionando los pagos con la esperanza de vida y la evolución del mercado de trabajo”
“Reformar la fiscalidad, más peso del impuesto sobre el consumo y mejorar la fiscalidad sobre las empresas. Seguir luchando contra el incumplimiento fiscal. Naturalmente, manejar de forma más eficiente los gastos públicos ¿Puede no ser suficiente todo lo anterior? Sin duda, podría ocurrir. Pero esto no le resta valor, como forma de seguir el Problema. Y de seguir de forma continuada su evolución…”
Esto ha sido el foco de la última conferencia de la Directora Gerente del FMI en el Instituto de Tecnología de Massachusetts.
“La mayor longevidad puede provocar una burbuja en los “activos seguros”. Así de claro se muestran los últimos análisis, pero las Bolsas, atrapadas, como están, en el día a día, en el más voraz y alocado corto plazo, creen que esta es una cantinela más y que, en todo caso, queda muy lejos, aunque la realidad sea otra. El progresivo envejecimiento de la población mundial tiene serios, e indeseables, impactos en muchas parcelas de la vida cotidiana. el más apreciable, en estos momentos, es la progresiva pérdida del Estado de Bienestar y el menor poder adquisitivo emanado de las pensiones estatales. Una tendencia que irá a peor en los próximos años, porque la pirámide de la población sigue muy invertida: menos actores aportando fondos para una población de receptores cada vez más grande. Una tarta cada vez más pequeña a repartir entre un número mayor de comensales. En el terreno eminentemente financiero, este proceso provocará distorsiones importantes en los mercados. Los denominados activos seguros siempre son los favoritos para este tipo de inversores, lo que puede elevar artificial y peligrosamente las cotizaciones de las compañías englobadas en este apartado”, me dice el analista jefe de un banco de inversión anglosajón, que me facilita los siguientes enlaces:
Se espera que el número de personas mayores de 60 años se duplique desde 841 millones en 2013 a más de 2.000 millones en 2050. Sarbjit Nahal y Beijia Ma de Bank of America Merrill Lynch, comentan el impacto de esta la revolución de la longevidad.
Y esta revolución tiene implicaciones para las acciones y los activos seguros. “La demografía proporciona una base de inversores que estarán menos dispuestos a tomar el riesgo de las acciones sin una cobertura anterior”, escriben.
“… Como la población envejece, las tenencias de acciones en proporción a la asignación de activos se reducirán a favor de activos más tradicionales que preservar el capital, como los bonos.”
Se espera que el número de personas mayores de 60 años se dupl