Esta partida crece a un ritmo medio anual del 0,4% del PIB el último lustro
El incremento previsto del gasto público es 6,6 veces mayor que el del PIB
El gasto social que abandera los PGE 2023 está cubierto en su mayor parte por el gasto dedicado a las pensiones. En una nota del director de Fedea, Ángel de la Fuente, sobre las cuentas presupuestarias alerta del incremento del gasto en pensiones sobre el PIB. Esta partida “ha crecido a un ritmo medio anual de cuatro décimas de PIB durante el último lustro, pese a que todavía no ha comenzado la jubilación de los baby boomers”
Las cuatro décimas son la vista del gasto a medio plazo, si bien en el corto plazo se observa un incremento muy superior a costa de la revalorización. Los Presupuestos recogen un incremento del gasto en pensiones cercano a 20.000 millones, hasta los 190.000 millones anuales de factura. El gasto en pensiones es una partida que crece en 2023 más de un 0,8% y duplica la trayectoria del último lustro. “Esto se debe a su revalorización con un IPC que crece a un ritmo muy superior al del deflactor del PIB”, explican desde Fedea.
Este gasto se produce en los años previos a la retiración de un grueso poblacional, la generación del baby boom, que tensionará las cuentas financieras de la Seguridad Social y su déficit acumulado llegará hasta 86.000 millones de euros, ya que el Mecanismo de Equidad Intergeneracional (MEI) no logrará cerrar la brecha entre los ingresos del Sistema y los gastos entre los años 2040 y 2067, explican.
El análisis compara los PGE consolidados de 2022 y los de 2018, hace un lustro, los últimos del anterior Gobierno. El PIB real esperado en el momento de elaborar los PGE aumentó en algo menos del 1% entre 2018 y 2023, mientras que los ingresos públicos previstos, medidos a precios constantes, se incrementaron en más de un 15% y el gasto en más de un 18%.
Visto desde otra perspectiva, el incremento previsto del gasto real fue 6,6 veces mayor que el del PIB, y el “tipo marginal de gravamen” sobre el incremento de la renta real fue superior al 500%. Como resultado, el peso del gasto público en el PIB aumentó en casi 6 puntos y el de los ingresos públicos en más de 4 en cinco años.
Según el análisis, son cifras llamativas que “apuntan a un patrón claramente insostenible en el tiempo, aunque quizás comprensible en un período tan turbulento como el de los últimos años, marcados por la pandemia de covid, la guerra de Ucrania y la necesidad de hacer frente a ambas crisis y paliar sus consecuencias económicas y sociales”. “Es de esperar que una vez se recupere una cierta normalidad la propensión marginal al gasto público y la presión fiscal marginal vuelvan a valores más razonables, pero, en cualquier caso, sería necesaria una política fiscal más prudente en los próximos años, que ponga mayor énfasis en la contención del crecimiento del gasto y la reducción del déficit para asegurar la sostenibilidad de nuestras cuentas públicas”, sostiene el análisis.
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