Este comportamiento de los precios abaratará la factura que debe pagar el Gobierno a los pensionistas por el ajuste del alza de la pensión al IPC real. Los presupuestos de 2018 (aprobados por el PP con apoyo de Ciudadanos y el PNV) fijaron una subida del 1,6% en las pensiones, que se actualizaría con el IPC real. Esta misma semana la ministra de Empleo, Magdalena Valerio, explicó que el ajuste se haría con el IPC de diciembre.
La previsión oficial del Gobierno era un IPC del 1,9% a cierre de año, pero el comportamiento del petróleo está llevando los precios por debajo de este nivel. Cada décima de desviación que haya que ajustar supone, según explicó Valerio, 128,6 millones de euros. El Gobierno esperaba desembolsar 386 millones con el IPC al 1,9% (tres décimas de desviación), por lo que si los precios acaban diciembre en el 1,7%, el Ejecutivo se ahorraría 257 millones de euros.
El ahorro a largo plazo es superior, puesto que habitualmente esta subida de los precios se consolidaba en la pensión, lo que duplica el impacto del ajuste: hay que compensar a los pensionistas por la desviación de 2018 y también elevar la pensión con la que arrancan 2019.