El refuerzo de los ingresos de Seguridad Social es la vía elegida por el Ejecutivo para hacer más sostenible el sistema de pensiones.
El aumento de las cotizaciones aplicado por el Gobierno para financiar el fondo de reserva de las pensiones se verá potenciado con el destope de las bases máximas de cotización, una segunda medida cuya aprobación está prevista para 2022 y que supondrá un aumento de 5.600 millones de euros en los ingresos de Seguridad Social, según un informe de la consultora Willis Towers Watson España en colaboración con el Grupo de Investigación en Pensiones y Protección Social de la Universidad de Valencia y de la Universidad de Extremadura.
En una reforma estructural del sistema de pensiones dividida en dos tramos, el Gobierno está en condiciones de tener aprobado el primero para el próximo 1 de enero aunque para conseguirlo ha dejado abiertos varios frentes con los empresarios en el diálogo social y con los partidos integrantes del Pacto de Toledo.
Las negociaciones para el segundo tramo incluyen cuestiones complicadas como un nuevo periodo de cómputo para el cálculo de la pensión de jubilación, el lanzamiento de planes de pensiones de empleo y el destope de las cotizaciones como parte del refuerzo de los ingresos de la Seguridad Social, entre otros. “Vienen tiempos difíciles para las pensiones en el diálogo social”, auguran fuentes de este foro que reúne a sindicatos y patronales. Si la alarma entre los pensionistas por el alargamiento de las carreras de cotización es lo que más desata los nervios de Escrivá, lo mismo sucede con los empresarios y las cotizaciones. Quizás como previsión, Escrivá ya ha adelantado que invertirá la dinámica actual, achicando espacio a empresas y sindicatos y trasladando el protagonismo al Parlamento.
Por el momento, las reformas que impulsa el Gobierno han puesto el acento en reforzar el sistema para las próximas décadas con un aumento de los ingresos por cotizaciones para compensar el gasto creciente derivado de la jubilación de la generación del baby boom y del compromiso de revalorización de las pensiones con el IPC. En 2022, los ingresos por cotizaciones, la principal vía de financiación del sistema crecerán un 9%, hasta 136.345 millones de euros, si bien no alcanza para cubrir el presupuesto del organismo, que asciende a 171.165 millones de euros.
El aumento de los ingresos se verá incrementado al elevarse ya el año que viene un 1,7% las bases máximas de cotización. El Gobierno señala que el principal impulso llegará de la recuperación de la actividad económica, sin especificar si en ese cálculo estaría, por ejemplo, el efecto de un aumento del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) a 1.000 euros desde los 965 actuales sobre las cotizaciones de los hasta cuatro millones de salarios que estima UGT que se ven afectados directa e indirectamente por la medida.
Ya a partir de 2023 se activaría la nueva cotización finalista del mecanismo de equidad intergeneracional (MEI) que tramita el Gobierno para rellenar en una década la hucha de las pensiones. Con un recargo del 0,6% a repartir en un 0,5% para las empresas y un 0,5% para los trabajadores, las estimaciones sobre el volumen de ingresos que generará oscilan entre los 40.000 millones que prevé el Gobierno y los poco más de 20.000 millones de euros que calculan organismos independientes como BBVA Research.
Así, los 127.224 millones de euros que pagarán en cotizaciones empresas y trabajadores ocupados (+9,7%) el año que viene continuarán aumentando en los próximos años con el destope previsto. Las bases máximas de cotización se sitúan actualmente en 4.070 euros al mes o 48.841 euros al año. A partir de esas remuneraciones la diferencia entre el salario y la base máxima queda exenta de cotización. Con el destope que se planteará en 2022, las cotizaciones irían aparejadas al salario, elevando los ingresos del sistema. Como referencia, en su conjunto, los 5.600 millones de euros que generaría la medida alcanzarían sólo para cubrir un 16% de las transferencias que en 2022 hará el estado a la Seguridad Social. Pero hay que tener en cuenta que el ministro Escrivá ha asegurado que la medida se acompañará de un aumento proporcional de la pensión máxima para estos cotizantes, con lo que cabe entender que las pensiones máximas, actualmente fijadas en 37.904 euros también se destoparían. Lo que no está claro es hasta qué punto.
El destope es una medida que viene recomendada por el Pacto de Toledo y que ejecutará Escrivá. El Congreso “propone que la relación entre las bases máximas de cotización y la pensión máxima guarde equilibrio entre aportaciones realizadas y prestaciones percibidas para garantizar la contributividad, pero sin menoscabo de la dimensión solidaria del sistema.
Este equilibrio supone que hay una brecha entre pensiones máximas y bases máxima que alcanzó la relación de 1,29 en 2021. “En el intervalo de 2010 a 2021 se ha llegado a observar una base de cotización máxima unos 11.000 euros más elevada que la pensión máxima, lo que afecta al principio de proporcionalidad contributiva”, explica el informe de Willis Towers Watson.
Los expertos consideran que el destope de cotizaciones mejoraría la sostenibilidad del sistema solo si no va acompañada a su vez de un destope de las pensiones máximas o al menos un incremento importante de estas al término de un periodo transitorio. Eso sí, advierten, debería hacerse con cautela porque para algunas empresas puede suponer un aumento importante del coste laboral y, al mismo tiempo, una disminución del salario neto de los afiliados por la parte de cotización a la Seguridad Social que les corresponde.
Fuente: El Mundo