La primera parte del Estado español (a través de la Administración Central) enviará cerca de 40.000 millones de euros a la segunda parte del Estado español (la Seguridad Social). Luego, la segunda parte del Estado cogerá 3.000 de esos 40.000 millones y los guardará en una partida que llama Fondo de Reserva de la Seguridad Social (FRSS), la «hucha de las pensiones»).
Una vez dentro del FRSS es muy posible que la segunda parte del Estado (Seguridad Social) termine comprando deuda de la primera parte del Estado (deuda emitida por el Tesoro español). Así que el Estado español tendría ahorrados unos activos por si acaso un año las cosas se complican desde un punto de vista presupuestario… pero esos activos en realidad serían bonos que se debe a sí mismo.
Parece todo un juego de palabras, pero es estrictamente cierto.
Durante el gobierno de Mariano Rayoy «se vació» la hucha pues se usó para pagar las pensiones cuando no había dinero para hacer frente a las pagas extras ya que las pagas extras de los salarios no cotizan a la Seguridad Social, o menor dicho, lo hacen de forma prorrateada anualmente en las nóminas mensuales, lo que da lugar a un problema de liquidez en la TGSS.
Pero ahora tenemos un «Mecanismo de Equidad Intergeneracional» (MEI) y la SS enviará al FRSS 2.957 millones de euros en 2023 gracias a las sobrecotizaciones de un 0,6% (0,5% a cargo de la cuota empresarial y el 0,1% a cargo directo de los trabajadores) Una sobrecotización, por cierto, que no genera derechos a futuro, porque es finalista: nos dicen que sólo sirve para ir que el Fondo de Reserva tenga activos disponibles a partir de 2032.
Lo midamos como lo midamos, incluso si tomamos sólo el gasto en pensiones contributivas (166.777 millones), la Seguridad Social no tendría suficiente con lo que recauda por cotizaciones sociales (152.075 millones y a esto habría que restar los 2.793 de recaudación finalista del MEI).
Como, además, los gastos del organismo no se ciñen sólo a las pensiones contributivas, el déficit real es mucho mayor que depende de las partidas que se incluyan pero oscila entre18.000 y 50.000 millones
Si la Seguridad Social tiene déficit (e incluso tras este juego de las transferencias, lo tiene), ¿cómo puede enviar casi 3.000 millones de euros a la hucha? La explicación oficial hace referencia al MEI del que hablábamos antes.
Además es preciso intentar conocer cuánto dinero tendrá acumulado el Fondo de Reserva en 2032. Partimos de la cifra prevista de recaudación para el año que viene 2.793 millones. Suponemos que esa cifra crece un 5% cada año. Y que los activos en los que invierte el Fondo logran una rentabilidad del 6% en la próxima década. Como vemos, estamos siendo más bien optimistas con los supuestos: pues bien, incluso así, el resumen podría ser: siendo muy optimistas tendremos 50.000 millones en la hucha en 2032 pero ya ahora, en 2023, el déficit real (aunque no oficial) la Seguridad Social es de 49.000 millones (la suma de transferencias y préstamos del Estado).
Pero es que incluso si sólo tomamos la parte contributiva, las cuentas no salen: 50.000 millones en 2032 apenas cubrirían menos del 25% del gasto anual en este concepto. Es verdad que el Fondo no está para pagar todas las pensiones de un año. Pero si ahora mismo, en 2023, cuando la generación del baby-boom apenas está comenzando a jubilarse, las cotizaciones suman 17.000 millones menos que las pensiones contributivas… las cifras no encajan