Los registros de la Seguridad Social contabilizaron un total de 47.996 bajas por dimisión entre los afiliados al RGSS en los primeros cinco meses del año, 10.951 de ellas solo en mayo. Estas cifras incluyen tanto indefinidos como temporales.
Si atendemos a los contratos fijos, las bajas voluntarias se elevan a 22.753, el máximo de la serie histórica, una cifra que supera por primera vez a las de los contratos temporales, que se situaron en 22.403. Este comportamiento se puede explicar por el repunte de los trabajadores con contratos indefinidos que se han elevado en un 10% respecto al promedio de los 6 años anteriores y rondan ya el 80% de los asalariados.
Varios analistas sospechan que el repunte de las dimisiones de indefinidos no solo se debe a que aumenten los indefinidos, sino a que los fijos discontinuos son en realidad contratos temporales, se les denomine administrativamente como se les quiera denominar. La situación laboral de esta figura ha sido un constante foco de polémica desde la aprobación de la reforma laboral pues al ser contratos ligados a la estacionalidad, pasan varios meses al año en inactividad, pero sin contar como parados registrados en las estadísticas del Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) aunque, sí dejan de computar como afiliados en alta en la SS.
Muchos de estos trabajadores con puestos, supuestamente estables, se encuentran con que trabajan por periodos muy cortos de actividad, que no generan suficiente derecho a prestaciones de desempleo, y por ello optan por dimitir y buscar otro empleo como hacían los temporales “oficiales”. Sin embargo, habrá que esperar a los datos de los próximos meses para verificar esta hipótesis, ya que hasta después del verano no se podrá comprobar el alcance máximo de la contratación de fijos discontinuos.
Un dato que avala esta idea es que, pese al repunte de las dimisiones, estas no constituyen la principal causa de baja de los trabajadores con un contrato indefinido pues el pase a la inactividad de los fijos discontinuos se ha convertido en la primera causa de baja, estos casos llegaron a suponer casi el 40% de las bajas de afiliación de trabajadores indefinidos en el mes de mayo, y en términos acumulados, ya suponen el 30%, diez puntos más que hace en los primeros meses de 2019. La segunda causa de baja en mayo fueron las dimisiones, mientras los despidos (disciplinarios u objetivos) apenas sumaron un 7%. Además las bajas por causa no voluntarias (que incluyen una casuística variada, desde el cierre de negocio a los cambios de cuenta de cotización en la misma empresa), y las motivadas por no superar el periodo de prueba que suponen cada una de ellas prácticamente un 10%.