Se hemos comentado los Planes de Pensiones de Empleo, promovidos por las empresas y que son de uso común y generalizado en todo Europa aunque en España, por diversos motivos, han sido históricamente olvidados. Parece que ahora hay algunos balbuceos para empezar a tomarlos en consideración.
La ‘receta’ del Gobierno vasco trasladada a los agentes sociales tiene cinco características: los planes deben ofrecerse a toda la plantilla de la empresa; requieren aportaciones compartidas de empresarios y trabajadores; tiene que ser imposible el rescate para fines ajenos a la previsión social; las prestaciones deben realizarse, principalmente, en forma de renta, complementando así la pensión pública, y, por último, es preciso extender el instrumento a los autónomos.